A siete días de la explosión que sacudió a Rosario, avanza la investigación judicial. La fiscal de la causa, Graciela Argüelles, ubica a Santiago Languía y Luisina Contribunale en el lugar donde todo empezó. Ayer encontraron sus cuerpos.
La llama del calefón del departamento de Luisina Contribunale, en el octavo piso del edificio de Salta 2141 no se apagaba. Era la prueba irrefutable de que la llave de gas no cerraba bien y el combustible seguía circulando. Pedro, el portero, y Carlos García, el gasista, fueron esa mañana al departamento de Luisina para intentar cerrarla. No pudieron. La llama seguía ahí. Luisina y Pedro la siguieron mirando mientras García fue al subsuelo, donde estaban las demás válvulas. Manipuló una de ellas. El olor a gas se hizo insoportable. El ruido, también.
Pedro bajó corriendo ante la inminencia del desastre. Santiago Larguía, de 25 años y oriundo de Pergamino, dejó su departamento, donde preparaba las últimas materias de medicina y se encontró con Luisina. En ese momento llamó el marido de Luisina desde San Nicolás. Ella le explicó que había mucho olor a gas, que estaba con un vecino y que había una pérdida. “Ya te llamo”, le dijo. No hablaron nunca más. Luisina y Santiago fueron declarados desaparecidos. Ayer de tarde encontraron sus cuerpos.
La investigación de la causa ya lleva siete días y se siguen buscando pruebas.
“Se le tomó declaración testimonial al señor Ángel Cantero, presidente de la Asociación Empresas Instaladoras de gas de Rosario”, dijo a Infojus Noticias, Álvaro Campos, secretario del juzgado correccional nº 7, a cargo de la causa. “En declaraciones a la prensa, él había dicho que lo que le pasó a García –el gasista imputado en la causa- le podía pasar a cualquiera, entonces se lo citó para que explique sus dichos”, dijo Campos.
Hay varias hipótesis sobre las responsabilidades de la explosión. Oscilan entre apuntar a una persona – el gasista- , una empresa – Litoral Gas- hasta argumentar que fue un accidente sin culpables.
Para la fiscal Argüelles no hay un solo responsable: “el gasista es el último eslabón de una cadena de negligencias porque con su acción provoca las explosiones. Antes de cambiar el regulador, García tenía que cerrar las llaves de paso del subsuelo y solo cerró una. También había varios departamentos en los que, como las llaves estaban rotas, no se podían cerrar. Tenía que ir él a hacerlo”, dijo a Infojus Noticias. Y agregó: “Litoral Gas tiene responsabilidad en cuanto a instalación, mantenimiento y control. La instalación de gas del edificio estaba deteriorada, muy mal mantenida.
Un inspector de Litoral Gas revisó el compartimiento el 26 de julio, verificó que estuviera todo bien y se retiró. El 2 de agosto, por pedido de su jefe, el hombre volvió al lugar. “El por qué vuelve es lo que no se entiende. El inspector explicó que no es lo más habitual volver al lugar donde se revisó pero que a veces pasa”, concluyó la fiscal.
Ahora deben revisar los testimonios recogidos y mañana comenzará una nueva ronda de indagatorias.
Luisina y Santiago
En mayo pasado Luisina Contribunale cumplió 34 años. Era un buen momento de su vida: estaba casada, trabajaba de lo que le gustaba y disfrutaba de su tiempo libre.
Junto a su hermano menor tenían una pequeña clínica odontológica, en el centro de la ciudad. Su sonrisa se había convertido en su mejor carta de presentación: amplia y con los dientes blanquísimos, tal como la muestran las fotos que circularon en los últimos días. Pero su familia no quiso ver la ciudad empapelada con la cara de Luisina. No soportaba la idea de verla en todas partes y no encontrarla.
Luisina, como su hermana, fue al colegio de la Misericordia, donde van las chicas de la clase media de Rosario. Menuda, rubia y siempre bien arreglada, hacía gimnasia y paseaba seguido con su perra por la Plaza San Martín.
La imagen de Santiago Laguía se apareció en negocios, escuelas y paredes de toda la ciudad. Además de la rescatista, numerosos testigos afirman haberlo visto deambulando por la ciudad. El juez Juan Carlos Curto, a cargo de la investigación, conformó un equipo especial de rastrillaje conformado por Gendarmería, la policía, la Cruz Roja y Defensa Civil. El hallazgo de su cuerpo pone en cuestión todos estos testimonios.
Santiago nació en Pergamino. Dejó su ciudad natal al terminar el secundario para estudiar Medicina en Rosario. Hace tres años se mudó al 7º piso E de Salta 1141, a una de las torres que se mantuvieron en pie. En el departamento de al lado vivía Luisina.