Así lo decidió la Cámara Federal de Casación tucumana. Ale fue señalado como el responsable del secuestro de Marita Verón. Estaba detenido en el hospital de Ezeiza, luego de que se comprobó que seguía manejando negocios ilícitos desde la clínica donde estaba internado en Tucumán.
Rubén "La Chancha" Ale, a quien Susana Trimarco vinculó con el secuestro de su hija Marita Verón consiguió, el día antes de la noche buena, que la Cámara Federal de Tucumán le concediera el beneficio de la prisión domiciliaria en la causa donde se lo investiga por liderar una organización dedicada a lavar dinero proveniente de la trata y la explotación sexual de mujeres.
El imputado que hace poco más de un mes permanecía en el hospital del penal federal de Ezeiza, fue notificado de la decisión y “entre mañana y pasado podría estar siendo trasladado a su domicilio en Tucumán”, dijo a Infojus Noticias Alejandro Biagosch, su abogado.
La Justicia federal tucumana había dispuesto la detención de Ale en diciembre del año pasado. Pero él nunca cumplió prisión en forma efectiva ya que por su estado de salud estuvo internado. Permaneció detenido con custodia de personal de Gendarmería, en un sanatorio tucumano, hasta los primeros días de noviembre cuando el juez Fernando Poviña dispuso trasladarlo a Ezeiza porque se pudo comprobar que Ale seguía manejando los negocios ilícitos desde el lugar donde estaba internado.
La decisión de la Cámara contraviene los fundamentos desarrollados en la primera instancia, durante la instrucción, donde Poviña, tras realizar dos mega operativos, analizar escuchas telefónicas y otra serie de medidas dio por probado con cierto grado de certeza que la estructura delictiva montada por el clan tenía vínculos “operativos” con policías locales, y que continuaban operando.
“Siempre que lo detienen La Chancha Ale se enferma, hizo lo mismo en 2011 cuando fue detenido por usurpación y robo de cosecha”, señalaron en un comunicado desde la Unidad de Investigación Financiera, (UIF) por cuya denuncia se inicio la investigación que lo tiene como imputados.
Desde esta entidad señalaron como “preocupante” la resolución de la Cámara tucumana y recordaron que en la causa, fuentes reservadas “dieron detalles de un plan del Clan Ale para matar al Fiscal Carlos Gonella (titular de la unidad antilavado PROCELAC) y atentar contra los abogados que intervienen en la causa, la hermana de Susana Trimarco, Alicia, y uno de sus abogados, José Dantona”.
Las claves de la causa
La causa por lavado de dinero en la “La Chancha” Ale y su hermano Adolfo “el Mono” son investigados tiene en total 19 procesados por lavado de activos provenientes de actividades ilícitas y asociación ilícita. Basada en el expediente en el que diez personas fueron condenadas por secuestrar y obligar a Marita a prostituirse, en esta causa la justicia federal busca dar con la pata económica de la red de trata y tráfico de drogas que operó, por lo menos desde 2002, trasladando mujeres entre Tucumán y La Rioja, para explotarlas sexualmente.
Con las pruebas colectadas por el fiscal federal de Tucumán, Carlos Brito, y Carlos Gonella, el titular de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), en diciembre de 2013, un día antes de navidad, el juez federal Fernando Poviña dispuso los primeros trece procesamientos y ordenó la detención de “La Chancha”; su exmujer, María Jesús Rivero, y otros imputados.
Rápido de reflejos, Rubén “La Chancha” Ale hizo saber a través de Alejandro Biagosch, su abogado, que estaba internado en el Sanatorio Modelo, en San Miguel de Tucumán. Adujo problemas cardíacos, obesidad mórbida y mal de Parkinson, entre otras complicaciones y quedó preventivamente detenido allí, hasta septiembre de este año, cuando lo trasladaron al hospital Avellaneda, en la misma ciudad. Aun estando internado y con custodia, según la investigación federal, manejó los negocios ilícitos y sus hombres por teléfono o recibiéndolos como visita. Por esto, Poviña dispuso en noviembre su traslado al Hospital Penitenciario Central I, de Ezeiza.
Los vínculos con la policía tucumana
El mismo día que “la Chancha” quedó internado y detenido en el sanatorio Modelo, su exmujer –María Jesús Rivero-fue trasladada al penal para mujeres en Güemes, en Salta, acusada por los mismos delitos. Su pareja de entonces, Oscar Roberto Dilascio, si se puede decir, corrió mejor suerte: señalado como testaferro del clan, continúa prófugo hasta hoy, como Víctor Alberto Suárez, otro presta nombre.
La fuga de estos integrantes de la banda, se explicó ahora en la causa gracias al testimonio de una testigo de identidad reservada, clave para esta segunda etapa de la instrucción. Sus dichos, le permitieron el juez Poviña ordenar seguimiento de las comunicaciones telefónicas, descubrir las operaciones de “la Chancha” desde el hospital e identificar a seis nuevos integrantes del clan delictivo. Entre ellos a Hernán Horacio “Memo” Lazarte, un policía de la División de Transporte de Tucumán que habría actuado como “campana” para el clan.
El 26 de junio de este año, Marcelo Manca (uno de los últimos seis procesados con prisión preventiva) marcó el teléfono de Lazarte.
—“Una camioneta gris, Berlingo gris me ha seguido hasta la casa” —, le dijo. Pasados unos minutos de cavilaciones, Lazarte consultó con unos colegas, y le confirmó que los que lo vigilaban no eran “milicos” (de Tucumán); pero como no lo notó tranquilo le sugirió estar atento.
—Si la ves de vuelta anótale la chapa patente y decime yo la saco por aquí para ver de dónde—, apuntó el policía. En breve, Lazarte se comunicó con la confirmación: la camioneta era de la Policía Aeroportuaria.
En los procesamientos, Poviña remarcó el “vínculo personal y telefónico” del clan Ale con integrantes “de la Policía de la Provincia de Tucumán y de la Gendarmería Nacional Argentina, quienes al procurarles su colaboración e información, obstruyeron el debido accionar policial y judicial”. Y entre las consecuencias mencionan las citadas fugas, y la información con la que contó “la Chancha” al momento de su internación.