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Infojus Noticias

6-8-2014|15:08|Explosión Santa FeProvinciales
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El edificio estaba emplazado en Salta 2141

Reclamo de Justicia, a un año de la explosión de Rosario

Familiares y amigos de las víctimas hicieron un acto para recordar la tragedia, en la que muerieron 22 personas y hubo 66 heridos. Fue en el lugar donde se emplazaban las tres torres. "Ellos estaban en sus hogares sin saber que dependían de un montón de irresponsables", leyó la madre de uno de los chicos que murió ese día.

  • Fotos: Leo Vaca
Por: Cecilia Devanna, desde Rosario

A un año de la mayor tragedia de la historia rosarina, en el que murieron 22 personas y 66 resultaron heridas, amigos y familiares de las víctimas hicieron un acto para recordar el hecho y exigir Justicia, en el lugar donde se levantaba el complejo de tres torres. El acto empezó pasadas las 9.30 de la mañana y poco después Alicia Vidal, la mamá de Maximiliano Fornarese, una de las víctimas, leyó una carta que ella misma escribió: "Exigimos y reclamamos ya que se haga justicia", comenzó. "Vamos a ir por los poderosos. Ellos -por las víctimas- estaban en sus hogares sin saber que eso dependía de un montón de irresponsables", agregó.

La causa judicial por la explosión tiene once procesados por "estrago culposo agravado" entre ellos: los tres responsables de la administradora, cuatro responsables de la firma Litoral Gas, proveedora del servicio en la zona, y cuatro gasistas.  En las últimas horas se acentuó la disconformidad de los familiares con la Justicia. Fue por las declaraciones de la fiscal del caso, Graciela Argüelles, en un programa de televisión local, donde habló sobre las eventuales penas (un máximo de cinco años) que podrían enfrentar los procesados.

"La justicia nos da mucha impotencia y el dolor se incrementa. No pedimos nada de otro mundo, sólo que se cumpla la ley, y a los responsables se les dé el máximo posible”,  dijo a Infojus Noticias Marcela, la esposa de Hugo Montefusco.

Tras la carta de Vidal se leyeron los nombres de las 22 víctimas acompañados por un grito de "presente" por parte de los cientos de personas que llegaron para el acto. Después hicieron un  minuto de silencio que terminó con el sonido de las sirenas de las autobombas. En ese momento, estallaron los gritos y llantos con intensidad. Los familiares que estaban arriba de un escenario se abrazaban y contenían entre ellos.

En la calle, que estaba cortada en ambos extremos de la cuadra, había ambulancias del SIES (el sistema de emergencias local) y autobombas. También estuvieron Cobi, Nur, Luisi y Luna, los cuatro perros que participaron del rescate. "Llegamos a las 14 de ese día y nos pusimos a trabajar hasta el final", contó Matías Albornoz, de la brigada de canes de los bomberos de Paraná.

Cuando terminó el acto, la mamá de Santiago Laguía, uno de las dos últimas víctimas en ser rescatadas, se abrazó a Luna, la golden retriver que caminó por eso mole de escombros y le repitió al oído: "gracias". Todos lloraron, Luna le lamió las lágrimas.

También estuvieron los hombres de las distintas fuerzas que hace un año corrieron de una punta a otra sin parar. El bombero Gustavo Ruarte, fue uno de ellos. Era su día de franco y él, que es fotógrafo del cuerpo de bomberos, se enteró de la tragedia por el mensaje de texto que le mandó un compañero. En cuestión de minutos se sumó al operativo en la zona donde hubo tres edificios y ahora solo hay un terreno tapiado con una medianera de ladrillos, un mural con fotos de los 22 fallecidos y cruces blancas que los recuerdan y exigen justicia.

"Cuando llegué esto parecía una zona de guerra, me vine con la cámara pero enseguida la dejé y empecé a sacar escombros, estuve los seis días sin irme de acá", contó. Se le llenaban los ojos de lágrimas cuando hablaba. "Hubo un momento, el domingo 11, cuando estaba en el segundo subsuelo y escuchamos un ¨crack¨. Éramos veinte hombres entre los escombros de las cocheras y casi se nos viene todo encima. Salí de ahí y les mandé mensajes a mi familia, fue tremendo".  Más tarde tuvo una sorpresa: su familia se había acercado a abrazarlo y darle ánimo para que pudiera seguir.Después "con un mano sacaba escombros y con la otra, fotos. El registro fotográfico es impresionante", explicó.

Ezequiel Magáz no paraba de llorar. Lo hace desde hace un año, todos los días. Estefanía su hermana once años menor murió en su departamento del edificio y él va a llorarla a la calle Salta. "Los primeros  meses después de la explosión venía todos los días: me sentaba en el cordón y la lloraba. Ahora vengo una vez por semana, me siento, tomo mate, lloro y me voy. Eso me alivia un poco porque es como que no hay modo de superar esto. Se acomoda un poco pero es un dolor terrible, que crece día tras días", explicó.

A Estefanía le faltaba un año para recibirse de abogada y varias noches se iba a dormir a lo de su novio porque en el edificio había problemas de gas. "Me acuerdo que el domingo anterior a la explosión estábamos comiendo un asado en lo de mis papás, en Las Rosas - a 125 kilómetros de Rosario- cuando ella hizo como un chiste sobre el problema y dijo algo así como que iba a terminar volando todo por el aire. Dos días después fue así", dijo llorando. 

Giselle es la hija de Teresita Balbiani, otra de las mujeres que perdieron su vida en la explosión. Es rosarina pero ahora vive en San Nicolás. Desde allí viaja todas las semanas a Rosario para ir a terapia y ese día aprovecha para pasar por el frente de la cuadra en la que hace un año todo caos y descontrol. "Solo paso cuando vengo sola, cuando estoy con mis hijitos no. Ellos me piden de pasar, porque adoraban a mi mamá, pero no puedo son muy chiquitos. Tienen 8, 5 y 3".

A un año del día en que perdió a su mamá, Giselle se muestra tranquila aunque reconoce que pasó por "diferentes momentos. Hubo épocas en las que tuve bronca y no venía a las reuniones, no participaba en nada. Y otras que sí. Ahora siento que reunirme y participar me ayuda a sentir que hago algo", agregó.

En la calle Salta hoy todos los frentes de las propiedades tienen un cartelito, como el que indica el número de las casas, que dice: "todos somos SALTA 2141". Están hechos en papel blanco y letras negras. A las 18, la cantante Soledad cantará a capela, en la esquina del lugar donde estaban las tres torres.

La gente se agolpó para escuchar la carta de la mamá de Fornarese y a la cantante Cecilia Petrocelli, que entonó la canción de Eladia Blázquez, "Honrar la vida". "El acompañamiento es fundamental, el apoyo nos ayuda", contó Marcela.

"En este año nunca pude olvidarme de los muertos que encontré. Es feo porque pienso en sus familias. Era terrible porque se iban sumando uno tras otro. Yo estuve cuando se encontraron a 17 de ellos. Sé que por ahí está el alivio de devolverles los seres queridos a los familiares. Pero no sé, no me consuela. Fueron seis días conviviendo con la muerte", contó Gustavo. "Desde hace un año me pasa lo que nunca me pasó en ocho años de profesión: sueño con muertos", concluyó.

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