Fue después del partido de Argentina contra Holanda. "¿Te gusta declarar contra militares? Ya tenemos dos en libertad", le gritaron desde un auto a Alberto Rivas que en 2011 declaró contra el ex jefe de inteligencia Jorge De Olivera -que está prófugo-, en el juicio por la muerte del militante montonero José Carbajal.
En 2011, Alberto Rivas fue uno de los testigos que las defensas de los represores no pudieron cuestionar. Fue en el marco del juicio por la muerte del militante montonero José Alberto Carbajal. Con su declaración, Rivas complicó al ex jefe de Inteligencia del Ejército, Jorge Antonio De Olivera, que dos años después de su condena se fugó y es uno de los militares prófugos de la Justicia. Anoche, desconocidos balearon su casa en las afueras de la capital sanjuanina y Rivas teme por su vida: “No quiero ser el próximo Julio López", dijo.
El hecho ocurrió entre las 20.15 y las 20.30, después de los festejos por el triunfo del seleccionado argentino. Rivas estaba en su casa, una zona semirural en el departamento Chimbas, del Gran San Juan cuando desconocidos pasaron en un auto y detuvieron la marcha. “Entre las cosas que me gritaron: ´¿Te gusta declarar contra militares? Ya tenemos dos en libertad”, contó a la prensa Rivas. El testigo del juicio de lesa humanidad dijo que también dispararon contra su casa con armas de grueso calibre. “Cuatro balazos dieron contra la pared de mi casa. Otras dos balas entraron en la cocina, y una dio contra la garrafa. No fue más grande el desastre porque Dios estuvo de mi parte. Si tiraron por la ventana y por la puerta, acá hubo un poquito más que un mensaje”, agregó Rivas.
Cuando Rivas sintió los disparos se tiró al piso, y cuando se levantó alcanzó a ver un Wolkswagen Gol Gris a 80 metros de su casa que se alejaba.
Después del episodio, Rivas llamó al 911. La víctima pasó la noche con custodia policial y esta mañana acudió a la fiscalía de Chimbas para declarar.
"No quiero ser el próximo Julio López. Si bien no me arrepiento de haber declarado contra Jorge Olivera y lo haría otra vez si tuviera la oportunidad, necesito protección. Esta gente es capaz de cualquier cosa, tengo una familia”, dijo Rivas.
La muerte de Carbajal
El 18 de agosto de 1976, Rivas estaba preso en el penal de Chimbas, en las afueras de San Juan. Ese día vio cómo los militares colgaron por una ventana al militante Carbajal. Estaba a 20 metros suyo. Los militares simularon un suicidio y durante 30 años nadie declaró lo contrario. Cuando llegó el juicio, Rivas se acercó a un militante de Derechos Humanos y contó lo que había visto en 1976. “Fui a declarar porque durante 30 años tuve ese espectáculo en mis ojos. Desde el momento que conté la verdad, duermo mucho mejor. Ya no me pregunto si la familia supo qué fue lo que pasó con Carabajal. No me arrepiento de nada”, dijo Rivas.