El hecho ocurrió ayer, a las 21, cuando Darío, de 17, acuchilló a Joel de 16 a la salida de la escuela. En el mismo momento, en otro punto de la ciudad, otro adolescente moría de cuatro puñaladas y 10 tiros. La tasa de homicidios de Santa Fe supera a la de Rosario teniendo en cuenta la cantidad de habitantes.
La avenida General Paz es una avenida ancha, de construcciones bajas y veredas también anchas, donde queda lugar para el césped y unos cuántos árboles. A la altura del 5300 - a unas veinte cuadras del macrocentro - está emplazada la escuela primaria Luís María Drago, donde funcionan dos instituciones más: el jardín de infantes Lola Uranga y la escuela nocturna Hipólito Yrigoyen. Tres carteles advierten que durante el día – viernes 16 de mayo - no se dictarán clases en ningún nivel. Son las 14.30, hora de la siesta, y sólo pasan autos y colectivos. En la vereda se siente el movimiento de hojas y bolsas de nylon al compás de la brisa que sopla cada tanto. Salvo por el silencio inusual de una escuela vacía – la siesta no es novedad en la capital santafesina - , no hay indicios de que, hace menos de un día, un joven de 17 años haya asesinado a otro de 16 de un cuchillazo.
El hecho ocurrió el jueves a las 21, una vez terminadas las clases de la escuela primaria para adultos Hipólito Yrigoyen. A dos o tres metros de la puerta de la institución, Darío, un joven de 17 años, atacó a Joel Soto, de 16 y lo mató de un cuchillazo. Los dos habían llegado a la escuela armados con cuchillos y los rumores sobre de dónde venía “la bronca” crecen con el pasar de las horas. Nadie quiere, puede o está interesado en afirmar cuál fue el motor de la pelea. La víctima fue trasladada al hospital José María Cullén, donde llegó sin vida. El agresor se dio a la fuga y policías de la Unidad Regional I lo buscaban intensamente. Darío y Joel eran de barrios de la zona norte de la ciudad. “Barrios complicados, dominados por la violencia, donde los chicos crecen con carencias materiales y espirituales”, detalló el fiscal Ricardo Fessia.
El caso tuvo un importante eco dentro de la población santafesina. Taxistas, mozos, directivos, periodistas, entre tantos ciudadanos más, coincidieron en que el hecho no fue casual, sino que es la consecuencia de la ola de violencia que sufre la ciudad y la provincia en general. Ninguno se atrevió a mencionar la palabra bullying, tan de moda en las instituciones educativas. Sí se hizo hincapié en la “locura” que atraviesa Santa Fe. Mientras moría Joel, otro joven de 17 años – Brian Suárez – moría asesinado de cuatro puñaladas y diez tiros. La noticia que estaba en boca de todos no eran sólo las de estas muertes, sino que la ciudad ya había pasado la barrera de los 60 muertos. Un número que, si se tiene en cuenta la cantidad de habitantes, supera la tasa de homicidios de Rosario. Según el último censo (2010), Santa Fe no llega a los 500 mil habitantes, mientras que Rosario está llegando al millón de habitantes y los 114 muertos este año. El fiscal Ricardo Fessia, prefirió hablar menos de números y más de brotes de violencia. “No se trata de casos de inseguridad. Se trata de una sociedad enferma de violencia”, resumió.
El viernes por la tarde la escuela de barrio Sargento Cabral estaba vacía. Sólo algunas docentes fueron a trabajar y ver cómo afrontar el tema. Daniela Ruíz, una de las pocas presentes, es la directora de la escuela Luís María Drago, que, aclara, no tiene nada que ver con la institución de la que los jóvenes eran alumnos. La directora, sin embargo, no se siente exenta del caso y desde la medianoche del viernes recibe a los medios de todo el país. Ruíz habla bajo y lento, cuenta que sólo llegó a ver dos cuchillos, sangre en el piso y a la escuela copada por la Policía. Menciona, también, la tristeza que generó este hecho en toda la comunidad educativa. Noemí Stara, directora provincial de Educación para Adultos (Ministerio de Educación de Santa Fe), informó que un equipo socioeducativo ya está a disposición de los directivos de la Hipólito Yrigoyen para ver cómo se abordará el tema desde el lunes.
La escuela nocturna tiene 70 alumnos. Es la única escuela para adultos con comedor escolar y recibe a gente de toda la ciudad. Stara calificó como “lamentable” que la escuela no haya registrado la rivalidad entre los dos jóvenes. “Sorprendió a toda la comunidad educativa, que está muy comprometida con sus dos alumnos. Fue un hecho inesperado. Nadie se percató del abismo que había entre ellos”. La muerte de Joel fue la primera registrada en toda la provincia. Peleas, corridas, trompadas y heridas – por armas de bala o de fuego - son moneda corriente en la provincia, no así la muerte en la puerta de la escuela.