“Tengo el presentimiento de que Cassandre y Houria no fueron violadas en ese lugar, sino que fueron llevadas”, dijo a Infojus Noticias Jean Michel Bouvier, el padre de Cassandre. Hoy su hija hubiera cumplido 32 años. Qué dijeron las personas que se encontraron con los cuerpos de las chicas en la Quebrada de San Lorenzo. Cómo sigue el juicio.
El juicio tuvo que parar un momento. La madre de Houria Moumni, una de las turistas francesas asesinadas en 2011 en Salta, lloraba tanto que el fiscal pidió alguna forma de consuelo. También Helene Kottak, la madre de Cassandre Bouvier, llamó la atención de la sala II de la ciudad judicial. Cuando se paró y fijó la mirada en los imputados primero se acercó un policía y le dijo “sientese señora”, pero ella no se sentó. Después se lo pidió un traductor y tampoco lo hizo. Por último, Alienor, su hija, fue desde la otra punta de la hilera de sillas y se lo pidió con una caricia. Recién a los 15 minutos Helene se sentó, pero ya no lo hizo mirando adelante: desde ese momento no quitó la vista de los acusados, que se dedicaron a no mirarla.
Los acusados por las violaciones y los asesinatos de Cassandre y Houria son Daniel Vilte Laxi (26), Gustavo Orlando Lasi (27) y Santos Clemente Vera (35). Los dos imputados por encubrimiento calificado son Omar Darío Ramos y Antonio Eduardo Sandoval.
“Estoy desolada, muy triste”, dijo a Infojus Noticias Helene. Y agregó que ayer reclamó la libertad para que las mujeres anden solas por el mundo, pero que su pedido era más amplio: “Yo quiero la libertad para todos, para los hombres también, porque creo que eso debe ser un derecho de la humanidad”. Las familias que llegaron de Francia para presenciar el juicio por el asesinato de Cassandre y Houria, van para todas partes con dos acompañantes bilingües que contrató el poder judicial salteño. Ellos y un sistema de traducción simultáneo por auriculares son el nexo de lenguajes. Aunque la desolación que arrastran pareciera no necesitar de mediadores.
En el segundo día del juicio oral por el doble asesinato agravado por violación fueron llamados a declarar los testigos que descubrieron los cadáveres el 29 de julio de 2011: cuatro turistas que paseaban por la reserva y tres personas que integraban Puma Expedition, la empresa que tenía la concesión de la Quebrada de San Lorenzo en el momento del crimen.
Mariano Nicolás Olaciregui, uno de los hombres que explotaba el predio a 12 kilómetros de la capital, narró cómo fue el día en que se encontraron los cuerpos. “El 29 me llamó Walter (padre del imputado Gustavo Lasi) y me dijo que habían bajado unas personas que dijeron que habían visto unos cuerpos tirados. Salí de mi casa para la reserva y pasé primero por la policía, para avisar y para que me acompañasen. Pasaron varias horas en las que buscamos hasta que vi un cuerpo tirado boca abajo. Después la policía encontró el otro”, dijo el testigo.
“¿Sentís el olor a rosas?, me dijo el policía y yo me puse a prestar atención”, contó Olaciregui. “Sentilo: ese es el olor de los muertos”, le agregó el agente.
Los abogados defensores de los tres imputados -Lasi, Daniel Vilte Laxi y Santos Vera-, insistieron en preguntar a todos los testigos si habían sentido olor, ya que deducen que un muerto al aire libre durante dos semanas largaría olor a podrido.
“Otra de las cuestiones es la muestra de ADN que se hizo en Francia y que no se aportó a la instrucción a pesar de que lo pedimos”, dijo a Infojus Noticias José Vargas, abogado de Vera. En los pasillos de los tribunales, un predio de tres manzanas donde casi todo es cemento y no hay flores, la familia del acusado Lasi caminaba en conjunto para todos lados. “Esto es algo muy grande y demasiado misterioso”, dijo la madre de Lasi, el único de los imputados que se declaró culpable.
Uno de los testigos fue Gustavo Héctor Goujón, que tiene 44 años y vive en Chaco. En 2011 estaba con su mujer de vacaciones en Salta y juntos subieron por el sendero de la reserva de San Lorenzo hasta llegar al mirador. “Cuando vi un cuerpo tirado le empecé a decir ‘hola’, porque me creía que podía haberse descompuesto por la altura y el cansancio. Me acerqué y la vi. Tenía la sangre seca y alrededor había moscas. Tenía el pantalón bajo y los brazos extendidos como si la hubiera llevado a la rastra tomándole las manos. Estaba boca abajo”, dijo Goujón por teleconferencia desde Chaco al tribunal de juicio local integrado por Ángel Amadeo Longarte, Bernardo Antonio Ruiz y Carlos Héctor Pucheta,
El fiscal general Félix Elías tiene un tono de voz grave, directo, y a veces debe aclarar a los testigos que no se ofendan, que es su forma de expresarse. “La herida no solo es para los padres, la herida es para la sociedad. A mí como fiscal me preocupan las dos personas que se fueron y también las personas detenidas, porque no quiero que nadie quede injustamente preso. Debemos buscar la justicia y colaborar con las declaraciones”, dijo hoy.
El testigo Rubén Darío Hoyos también declaró en teleconferencia. Estuvo el 29 de julio en la quebrada con su familia, y se alejó unos 5 metros del camino para defecar. “Justo en el momento en que me agaché para bajarme los pantalones, vi el cuerpo de una chica tirado boca abajo. Me asusté tanto que salí casi corriendo del lugar, por eso no puedo dar precisiones. Pero recuerdo que no había olor a putrefacción. Cuando salí del cerro fui a avisar a la comisaría de lo que había visto”, dijo Hoyos desde San Martín, provincia de Buenos Aires.
El padre de Cassandre, Jean Michel Bouvier, llegó con una remera que dice “Je suis désenfanté”, una expresión inventada que significa algo así como “deshijado”. Hoy su hija hubiera cumplido 32 años. “Tengo el presentimiento de que Cassandre y Houria no fueron violadas en ese lugar, sino que fueron llevadas”, dijo a Infojus Noticias Bouvier en un cuarto intermedio. Se refirió a la Quebrada de San Lorenzo, donde fueron encontradas las jóvenes el 29 de julio de 2011.
Al fondo de la sala, los espacios dedicados a los periodistas están ocupados por medios extranjeros y cronistas locales que tienen sus propias teorías que no van de la mano de las pericias ni de las pruebas de ADN. “Están encubriendo a los hijos de alguien muy poderoso”, “llegar a la verdad será muy difícil porque tapan algo”, “los acusados son perejiles”, son algunas de las frases que se escuchan en el área de prensa. Pero esto se extiende al resto de la ciudad: desde los taxistas hasta los camareros tienen su teoría de lo que pasó en el cerro.
Los testigos en total serán 200 y hoy, sumadas las declaraciones de Favio Alejandro Cano, Ignacio Martín Poodts, Paula Andrea Celeste Gutiérrez, Sebastián Gil y María Rosa Zajama, recién van seis. Está previsto que el juicio termine el 16 de mayo. Aunque para Marcelo Báez, vocero del poder judicial de Salta, “los días pueden alargarse, ya que hay cosas que están surgiendo a partir de las declaraciones que el tribunal seguro tendrá en cuenta”.