Entre el jueves y el viernes el jurado popular dará a conocer la sentencia contra el ex comisario de la Policía de Córdoba Pablo Márquez. El policía premiaba a los subalternos que apresaban a más jóvenes por el Código de Faltas y castigaba con días de recargo a los que se negaban. Este juicio podría abrir nuevas investigaciones hacia la cadena de mandos.
Entre el jueves y el viernes el jurado popular dará a conocer la sentencia contra el ex comisario de la Policía de Córdoba Pablo Márquez, acusado de ordenar a sus subordinados a detener personas inocentes para mejorar las estadísticas de su distrito. Hoy los jueces de la Cámara 6° del Crimen escucharon al último testigo y adelantaron que el jueves comenzaran los alegatos. Las detenciones indiscriminadas y a granel utilizando el Código de Falta, principalmente la figura de merodeo, constituyen una práctica sistemática para los uniformados cordobeses, por lo que este juicio podría abrir nuevas investigaciones hacia la cadena de mando.
Márquez estaba a cargo del CAP 8 del barrio Panamericano, al norte de la ciudad, cuando en 2011 fue denunciado por tres de sus subalternos. En la causa consta que, con conocimiento de superiores, había establecido un régimen de premios y castigos que usaba para presionar a sus subordinados y exigir detenciones indiscriminadas, usando el Código de Faltas. Ese régimen funcionó hasta que fue denunciado.
El ex comisario llegó a juicio el 13 de octubre imputado por seis hechos de abuso de autoridad y coacción, pero luego de las declaraciones de 15 uniformados, el fiscal Marcelo Hidalgo pidió que se agraven las acusaciones. El fiscal sostuvo que ambos delitos (coacción y abuso de autoridad) se extendieron en el tiempo de modo, al menos entre febrero y diciembre de 2011. El cambio de calificación lleva la posibilidad de condena a 20 años.
El jueves los primeros en alegar serán los fiscales Marcelo Hidalgo y Marcelo Fenol, coadyuvantes en esta audiencia. Seguirá el abogado querellante Carlos Nayi, que representa a Natalia Zárate y César Calvo, dos de los suboficiales que se atrevieron a denunciar a su jefe. Finalmente será el turno de la defensa. “Nosotros pediremos complimiento efectivo de la pena y que se investigue la cadena de mandos”, adelantó Nayi a Infojus Noticias. Márquez llegó a juicio representado por Hugo Luna, pero su abogado lo abandonó en plena audiencia, cuando fue agravada la acusación. Ahora el comisario designó a Justiniano Martínez, abogado recordado por su defensa a miembros del D2 de la Policía en juicios por delitos de lesa humanidad. Luego de los alegatos, el jurado popular podría pasar a deliberar y dar sentencia el mismo jueves o el viernes a primera hora.
El último testigo declaró esta mañana. Fue el suboficial del CAP 8 Ángel Borgadat, quien ratificó las acusaciones y dijo que los superiores tenían conocimiento de las prácticas de Márquez.
Un joven detenido cada 7 minutos
En Córdoba un joven es detenido cada 7 minutos por “merodeo”. El abogado Nayi solicitó que luego del juicio se “reabra una nueva investigación para determinar si la cúpula policial tenía conocimiento”. Puntualmente, pidió que se impute a seis oficiales y suboficiales que estaban bajo las órdenes de Márquez, casi todos jefes de compañía. Pero también pidió ir “hasta el jefe de Policía”. “Este comisario y sus superiores engañaban a toda la sociedad deteniendo a personas inocentes”, dijo a Infojus Noticias.
Según surgió en el juicio, entre febrero y diciembre de 2011, fueron detenidas ilegalmente 42.700 personas en la ciudad. “El 70 por ciento fue por merodeo”, señala Nayi. En ese periodo, en el CAP 8, bajo las ordenes de Márquez, fueron detenidas 6750 personas ilegalmente. Lo llamativo es que los fiscales no hayan decidido investigar esto de oficio.
Márquez dirigía su comando con las mismas lógicas de un McDonalds. Una foto tamaño A4 adornaba la pared de la guardia del CAP 8. Era la “dupla del mes”, la patrulla que más detenciones cometía, siempre usando las dos figuras recomendadas por el jefe: merodeo y resistencia a la autoridad. Si los subordinados se negaban a seguir estas prácticas, los castigaba con días de recargo y arrestos.
De acuerdo con la causa, el comisario exigía un piso mínimo de “aprehensiones o detenciones” por guardia “hubiera o no motivos”. A veces, los pedidos eran directos. Otras, solapados. “Traten de hacer el colchoncito antes de las ocho de la noche, así se pueden ir a sus casas tranquilos”, les decía. Lo contó César Calvo, uno de los denunciantes, a esta agencia. Según Calvo, también instruía a los subalternos para “no abusar del merodeo” (por esos días una figura contravencional muy cuestionada). “Sugería provocar resistencia a la autoridad y daba consejos para que el futuro detenido reaccionara”, contó Calvo, que aún sigue en funciones y sufrió varios traslados después de atreverse a denunciar. En el expediente, los declarantes le atribuyen textuales mucho más directos: “A vos te pago por llevar detenidos. Si no te presionaba ayer a la tarde no llevabas a ese puto mugriento”, le habría dicho a uno. “Este año quiero ser protagonista, tengo el aval de los superiores”, sostenía.
En la única entrevista que dio a la prensa al sitio Cosecha Roja, Márquez negó todo: “Juro por mis hijos que nunca en mi vida policial hice eso. Fui siete años profesor en la escuela de Suboficiales. ¿Sabés que enseñaba? Prevención Policial y Código de Faltas. Les enseñaba a los policías como debían comportarse, peleaba por los derechos de las personas”. Y aunque negó los cargos en su contra, él mismo sostuvo que el “la Policía de Córdoba no sabe usar el Código de Faltas. Se detiene primero y se pregunta después”, dijo.
El ex policía dio clases entre 2005 y 2012. En ese periodo las detenciones por Código de Faltas treparon un 810 por ciento. De acuerdo con los números oficiales entregados por la Policía, en 2005 hubo 8.968 contraventores detenidos, 54.782 en 2009 y la escalada siguió hasta llegar, en 2011, a los 73.100. En agosto de ese año Márquez fue denunciado: la Policía no volvió a entregar cifras de contraventores.
WC/RA