Con un llamado desde el Vaticano, el sumo pontífice respondió a una carta de Elsa Vincová, la mujer que estaba al frente del jardín de Flores al que asistía el nene que murió tras una golpiza de su padrastro. El gobierno porteño la removió de su cargo y ella le solicitó “una plegaria” para Agustín y “fortaleza” para ella y la maestra desplazada, Mónica Alejandra Bellini.
El Papa Francisco volvió a sorprender a través de la línea telefónica. Esta vez, con una comunicación que mantuvo con Elsa Vincová, la directora del jardín de Flores al que asistía Agustín Marrero, el nene de 5 años que falleció tras ser golpeado por su padrastro. La directora, que fue sumariada junto a la docente del curso y removida de su cargo por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, le había escrito una carta al Papa, dos semanas atrás. “Leyó la carta y está rezando por nosotras. Se despidió pidiéndome que rece por él. Fue una conversación breve pero llena de emoción”, compartió Vincová.
En diálogo con el diario Página/12, la directora describió la experiencia como “muy movilizante”. Y detalló que, en la carta que le envió al sumo Pontífice, había puesto al Papa tanto de la muerte de Agustín “de sólo cinco años, por una golpiza que recibiera en su hogar”. Según su relato, contó que la muerte del nene la “conmovió profundamente, ya que este pequeño concurría al jardín de infantes que, con orgullo y responsabilidad, he conducido durante estos últimos cinco años”.
Vincová le aseguró al Papa que nunca hubo situaciones que evidenciaran “una situación cuanto menos de sospecha de violencia familiar” y resaltó que la familia del nene “acompañó con certificados médicos y escritos de propia mano las justificaciones, que siempre acordaban con episodios de juego de niños, caídas que a esa edad los chicos suelen tener”.
En su carta, la mujer sostuvo que, pese a ello, “las autoridades del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, en forma apresurada, tomaron la decisión de realizar un sumario administrativo, con separación del cargo de la directora y la maestra de la sala, sin considerar que ambas llevamos años de inmaculada trayectoria y máxime cuando el hecho ocurrido no los concierne de manera inmediata sino mediata”.
En el cierre de su misiva, Vincová solicitó a Francisco “una plegaria para que el alma de Agustín descanse en paz. Otra para que Alejandra (Bellini, la maestra separada de su cargo) y yo recibamos la fortaleza necesaria para transitar esta experiencia difícil con aceptación y humildad” y que “la paz vuelva a todos los padres, colegas, niños y niñas del Jardín de Infantes Nº 2 que han sufrido con este episodio, ya que primero perdieron a un compañero y, luego, a su maestra Alejandra”.
Vincová ejerce como directora en el Distrito Escolar N° 18. Hasta el momento, el colegio de Flores no nombró a nadie en su antiguo cargo. “Llamaron tres veces y mis compañeras no lo tomaron por solidaridad. Nosotras seguimos separadas del cargo e hicimos apelaciones, pero aún no recibimos respuestas”, aseguró.
La Unión de Trabajadores de la Educación expresó su reconocimiento a la acción del Papa Francisco y recordó que “Elsa fue separada injustamente de su cargo junto a la docente Mónica Alejandra Bellini por el Gobierno de la Ciudad para determinar si la escuela actuó correctamente en relación al caso de violencia familiar que terminó con la muerte de Agustín”.
La historia de Agustín
La muerte de Agustín ocurrió en el departamento 3 del edificio situado en Yerbal 2745, del barrio porteño de Flores, donde, según consta en el expediente, su padrastro, Osvaldo Sarli, lo golpeó hasta provocarle la muerte. Al advertir lo que había hecho, el hombre llamó al SAME y dijo que el niño había sufrido lesiones al caerse en la bañera. La autopsia desmintió su relato: reveló que la víctima tenía el hígado destrozado como consecuencia de la golpiza.
Además, la hermana de Agustín, de ocho años, fue testigo de la agresión y en una cámara Gesell relató a la Justicia lo que padeció su hermano cuando Sarli se enfureció porque se había colocado sus pantalones al revés. Según lo que dijo ante los psicólogos, el hombre comenzó a golpear a su hermano y hasta lo tomó del cuello y lo colgó en el aire.
En julio, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento de Bárbara González Bonorino, la madre de Agustín, por “homicidio agravado por el vínculo y alevosía”, el mismo delito por el cual está procesado Sarli.
CD/LL