“Hay una sociedad entera que reclama Justicia e igualdad”, dijo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con la voz casi quebrada. Lo hizo en la Universidad de La Matanza, en el cierre de una jornada histórica por la democratización de la Justicia en nuestro país. Durante todo el día personas de todo el país, entre académicos, jueces, fiscales, defensores y estudiantes debatieron sobre la reforma judicial.
La lluvia había amagado con empañar el acto más importante, preparado para las 18.30 en el estadio de fútbol del predio universitario. Cristina llegó y la esperaban el ministro de Justicia, Julio Alak; el secretario de Justicia, Julián Álvarez; y Fernando Espinoza, intendente del distrito. Mientras un estadio repleto la esperaba, y los militantes que no habían podido ingresar al campo escuchaban desde afuera, la locutora oficial presentó un spot institucional con el recorrido de los proyectos de reforma judicial.
Frente a unas 20 mil personas, Cristina defendió los proyectos de reforma judicial aprobados por el Congreso Nacional y planteó la necesidad de seguir avanzando en este camino. Comenzó su discurso corrigiendo el nombre del Congreso que se realizó hoy, porque “la sociedad no le habla a la Justicia, la interpela”. “La primera gran ecuación que tenemos que resolver en Argentina -dijo- es justicia y seguridad”. “El segundo gran problema es volver a vincular Justicia con igualdad, que significa igual trato ante la ley de los ciudadanos, porque existe una justicia de dos velocidades” dependiendo si los implicados son o no corporacines poderosas “con poder de presión sobre los jueces”.
En un discurso de más de una hora, Cristina hizo un repaso por los avances más significativos en materia judicial en estos diez años de gobierno, desde la remoción de los jueces de la Corte Suprema de la mayoría automática menemista hasta el Congreso de hoy. En momentos lo hizo casi el borde de las disfonía, forzando al máximo las cuerdas vocales. En esos momentos, lo más emotivos del discurso, la gente acompañó con gritos y cantos, con la V de la victoria en alto algunos. Otros levantando el librito de reforma judicial que repartieron los organizadores. “Che gorila, che gorila, no te lo repito más, si la tocan a Crsitina que quilombo se va a armar”, fue el canto más escuchado.
“La leo completa, del primero al último artículo”, dijo Cristina. Tenía en sus manos la Constitución Nacional. “Tampoco significa que sea perfecta. Para ser una verdadera reforma de la Justicia (la constitución) debería ser modificada. Lo digo con todas las letras”, agregó la Presidenta y algunos periodistas se miraron sorprendidos. “No voy a proponer ninguna modificacion de la Constitucion”, aclaró Cristina.
Antes, en ese mismo escenario se había desarrollado el último panel de la tarde. Participaron Susana Trimarco (madre de Marita Verón), Pablo Ferreyra (hermano de Mariano), Sergio Burstein (Asociación 18J), la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y Mario Wanfield, periodista, hizo de moderador. Todos se quedaron en el escenario, a la derecha de la Presidenta. “La justicia no es solamente una cuestión de los abogados. Ninguno de ellos eran abogados, eran hombres y mujeres víctimas de la falta de Justicia”, dijo Cristina. Detrás, a su izquierda, estaban funcionarios del gabinete, diputados y senadores. Los más enfocados por las cámaras fueron Alak y Julián Álvarez, mentores de la reforma familiar y organizadores del Congreso.
En un momento del discurso, Cristina miró a Carlotto y le dijo: “Estoy segura de que desde algún lado Guido nos está mirando”. Y continuó: “¿Y qué decir con Pablo Ferreyra?, alguien que me toca muy de cerca. El crimen de Mariano fue una semana exacta antes de que él partiera, y como dijo mi hijo, esa bala que terminó con la vida de Mariano también rozó el corazón de mi compañero de vida y de militancia”. La Presidenta estuvo a punto de quebrarse cuando dijo: “Es público y notorio que el testimonio que incriminó a quienes resultaron condenados por el crimen de Ferreyra lo consiguió Néstor, desesperado porque temía que se repitiera lo que le pasó a Kosteki y Santillán”.
Desde las 11 de la mañana, más de 10 mil personas participaron en los paneles en los que 40 legisladores, académicos, jueces, fiscales y defensores debatieron la reforma judicial propuesta por el gobierno nacional. “Queremos mucho foros como este, a lo largo y a lo ancho del país, para discutir también otras cosas, como juicios por jurado -que también está en la Constitución- y las declaraciones juradas iguales para los miembros de los tres poderes del Estado”.
Al final, la Presidenta agradeció a la UNLaM. “No seremos Harvard pero acá en el conurbano bonaerense 46 mil alumnos en esta Universidad de La Matanza, el 90 por ciento es primera generación de universitarios, y el 70 por ciento son ciudadanos humildes”, dijo Cristina.