El juez de instrucción Luiz Zelaya fue al penal de Ezeiza para una nueva indagatoria. El único detenido por el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessareggo se negó a declarar.
Lucas Ariel Azcona, el único detenido por el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez, se negó hoy nuevamente a declarar en la ampliación de su declaración indagatoria, informaron fuentes judiciales. El hombre se amparó en su derecho de no declarar ante el juez de instrucción a cargo de la causa, Luis Zelaya, quien se trasladó especialmente esta mañana al Complejo Penitenciario I de Ezeiza, donde el imputado se encuentra detenido.
“Lo prudente sería que no declare. Más allá de que sea imputable, creemos que este muchacho está enfermo y tiene una alienación mental”, había dicho esta mañana a Télam el abogado Jorge Adrián Borgo. Por tratarse de un día feriado, el juez de instrucción Luis Zelaya ya había anunciado que él mismo se trasladaría al Complejo Penitenciario I del Servicio Penitenciario Federal (SPF) de Ezeiza, donde Azcona está alojado en el pabellón psiquiátrico.
El juez buscaba una ampliación de la declaración indagatoria del imputado, ya que la primera vez, el 10 de noviembre, se negó a hacerlo por consejo de su entonces representante legal, un defensor oficial. Con esta medida tomada hoy, el juez buscaba que Azcona tuviera la posibilidad de defenderse con relación a nuevas pruebas en su contra, como el cotejo de ADN que determinó que su sangre fue hallada en la escena del crimen, o algunas declaraciones testimoniales.
De haber declarado, Azcona también hubiera podido defenderse de las declaraciones prestadas por cuatro mujeres que en los últimos días aseguraron haber sido víctimas de él en otros episodios ocurridos en la vía pública, todos ellos en el partido bonaerense de Quilmes, en el sur del conurbano.
Azcona, de 22 años, está preso acusado de ser el presunto autor material del asesinato de la estudiante chilena Nicole Sessarego Borquez, de 21. El crimen fue cometido el 15 de julio cuando la joven volvía de bailar y en la puerta de su casa -Don Bosco 4109, de Almagro- recibió 11 puñaladas.
A cuatro meses del hecho, Azcona fue entregado a la Justicia por su padre y su hermana cuando lo reconocieron en las grabaciones de cámaras de seguridad que fueron difundidas por la prensa. Luego, los cotejos de ADN confirmaron que eran suyos los rastros de sangre de un hombre que habían quedado en la escena del crimen, ya que el asesino se cortó mientras apuñalaba a la joven chilena.