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Alrededor de doscientos vecinos y familiares de Lucas Cabello, el joven de 20 años que fue baleado de tres tiros por un policía de la Metropolitana, anoche cortaron la esquina de Brown y Villafañe del barrio de La Boca, en el sur porteño. Encolumnados detrás de dos banderas que reclamaban justicia, marcharon unas cuadras hasta el hospital Argerich, donde sigue internado. “Está estable pero grave”, dijo a Infojus Noticias su madre, Carolina Vila. 

La movilización estaba convocada para las 19. A esa hora, un grupo de veinte personas avanzó sobre la avenida Almirante Brown con tres cajones de madera con los que encendieron un fuego y cortaron el tránsito.  Media hora más tarde, ya eran alrededor de doscientos los vecinos de La Boca que ampliaban el corte a la avenida Benito Pérez Galdós y a la calle Villafañe. “Anoche hubo gente que no se enteró, pero ahora están viniendo todos”, contó una mujer.

Aldana fue de las primeras en participar de la movilización, acompañada de un grupo de amigas. De vincha rosa, en sus manos apretaba una pila de fotocopias con una foto de su hermano y un mensaje: “Fuerza Lucas. Policía Metropolitana asesina. Basta de gatillo fácil”. La chica criticó las declaraciones de la vicejefa de gobierno porteño, María Eugenia Vidal, quien justificó el accionar policial y aseguró que el agente de seguridad intervino en un episodio que "en origen es un caso de violencia de género".

Esta mañana -en declaraciones a radio Vorterix en el programa Guetap-, Ricardo Pedace, subjefe de la Policía Metropolitana, desmintió que el agente que disparó estuviera realizando una consigna por violencia de género. Ayer, María Eugenia Vidal, en declaraciones a los medios había explicado la situación inscribiendo el hecho en ese contexto. El agente que disparó, contó Pedace, no estaba allí por violencia de género, sino a partir de un conflicto entre dos vecinas del mismo conventillo. También informó que el agente fue pasado a disponibilidad -aunque su situación se definirá más adelante- y hoy debe declarar ante el juez. 

“Una vecina tenía un botón de pánico pero no por un caso de violencia de género. Y Lucas no tenía nada ver con esa mujer”, dijo anoche Aldana, la hermana, mientras repartía los volantes con la cara de Lucas. Una vecina se le acercó y le dio un abrazo. “Se va a salvar, él es fuerte”, le dijo. “Si, Dios aprieta pero no ahorca”, respondió la adolescente.

"Los mismos policías que lo balearon custodian el barrio"

El frente de la casa de Lucas -donde recibó los disparos en la nuca, el bazo y los testículos-, a una cuadra y media del lugar donde se inició la marcha, está custodiado: ocho agentes de la Metropolitana, un patrullero con las sirenas encendidas y una camioneta estaban allí mientras se llevaba a cabo la movilización . Belén es una vecina que vive en la casa de al lado, un inmueble que depende del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC). Tiene 19 años y se crió con él. El lunes a las tres y media de la tarde, lo vio llegar con el torso completamente descubierto. Había ido a la esquina a comprar dos sándwiches de milanesa para su novia y su nena de dos años. “Su hija vio todo”, se lamenta Belén.

“Nuestro principal reclamo es que la Metropolitana se vaya de ahí. Le están metiendo miedo a los vecinos que fueron testigos y declararon en la causa”, contó una vecina. Y agregó: “En la cuadra vive Lucas, sus padres y sus tíos. No puede ser que los mismos policías que lo balearon estén custodiando el barrio”, se quejó la vecina. “Tenemos que juntarnos todos y sacarlos de ahí”, dijo otro.

"Lucas está estable pero grave"

Carolina, la madre de Lucas, llegó un rato más tarde. Se había quedado en el hospital para escuchar el último parte médico, luego de que le practicaran una traqueotomía a su hijo. “Está grave, estable pero grave”, dijo mientras se secaba las lágrimas. La mujer saludó a los vecinos, agradeció a los jóvenes que sostenían las dos banderas, y después se abrazó largamente con su hija.

Rubén, el padrastro de Lucas, se calzó uno de los bombos. “Vamos para el Argerich a darle apoyo, él nos va a escuchar”, dijo a un grupo de jóvenes. “Vamos, Gordo, fuerza”, lo alentaban algunos amigos y le palmeaban la espalda. Encolumnados detrás de las banderas, las doscientas personas encararon por Almirante Brown hacia el norte. “Metro metropolitana / no te lo repito más / si nos tocan a los pibes / que quilombo se va a armar”.

Poco después de las 21, los vecinos comenzaron a desconcentrarse. Esta mañana, los familiares brindaron una conferencia de prensa junto a la abogada Gabriela Carpineti para informar  avances de la investigación y demostrar que no existió un tiroteo, fue un intento de homicidio. 

MEL