Lo declaró en la quinta audiencia del jury un conscripto que estuvo a cargo del conmutador de la Base Aérea de Mar del Plata entre diciembre de 1975 y marzo de 1977. Según su relato, Cincotta, un integrante de la CNU, llamaba de parte del juez.
El exconscripto Roberto Brien declaró ayer que Eduado Cincotta, miembro de Concentración Nacional Universitaria (CNU), llamaba a la Base Aérea de Mar del Plata en nombre del juez Pedro Hooft. Fue durante la quinta audiencia del jury donde se investiga si el magistrado –hoy suspendido en el cargo- incumplió sus deberes durante la última dictadura cívico-militar.
“Cincotta llamaba de parte del juez Hooft y pedía hablar con el área de Inteligencia”, contó Brien, uno de los correntinos que cumplió servicio militar en Mar del Plata, ante una pregunta del subsecretario de Derechos Humanos, Luis Alén, que encabeza el cuerpo de abogados de la acusación a Hooft.
Cincotta falleció, pero aparece en el testimonio de uno de los secuestrados durante la “Noche de las corbatas”, Carlos Bozzi, quien pasó por la Base Aérea. Según describió varias veces a la Justicia, incluso en el relato de la semana pasada en el jury, Cincotta estuvo presente durante su liberación. Fue un extraño operativo que incluyó el asesinato de militantes detenidos en otro centro clandestino de detención.
Brien llegó desde Corrientes para declarar ayer en La Plata. Entre diciembre de 1975 y marzo de 1977 fue conscripto en la Compañía de Servicios, y estuvo a cargo del conmutador de la Base Aérea. “Primero (la actividad) era normal. Después de que la derrocaron a Isabel cambió totalmente. Empezaron a traer gente detenida”, contó en la sala del primer piso del edificio de la Suprema Corte bonaerense.
Brien aportó otro elemento sobre cómo operó la Base Aérea de Mar del Plata después del Golpe de Estado. En una construcción semienterrada bajo la torre del viejo radar, dentro del perímetro militar, funcionaba el centro clandestino La Cueva. “Había dos clases de presos: los que estaban en una cueva, y sobre ellos nadie sabía, y los del Casino de Oficiales. Eran, digamos, del sector VIP, porque salían con vida”, explicó el ex soldado. Detalló que ese lugar solía estar vacío y que los detenidos allí no pasaban más de una semana o dos antes de ser liberados.
Brien cerró una jornada de declaraciones que se extendió por casi diez horas. La primera en hablar había sido Marta García de Candeoloro, secuestrada junto con su marido, el abogado Jorge Candeloro, en Neuquén y trasladada a Mar del Plata. García dijo que vio a Hooft durante su última etapa de detención en la comisaría 4ta, después de pasar por el centro clandestino La Cueva, y que el magistrado ignoró su pedido de ayuda.
Por la tarde declararon los jueces Esteban Viñas, Alfredo Deleonardis y Ana María Fernández. Funcionaron como “testigos de concepto” y opinaron sobre la labor de Hooft como magistrado, pero no aportaron elementos sobre el motivo central de la acusación: el incumplimiento de sus funciones durante la “Noche de las corbatas” y otros crímenes de la última dictadura.