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El Tribunal que juzga el crimen del estudiante Atahualpa Martínez Vinaya le pidió al Ministerio Público Fiscal que investigue una nueva hipótesis sobre el hecho surgida del testimonio de un comisario retirado, testigo en el debate en curso.

El miércoles pasado, el ex jefe de policía Alfredo Sosa, que participó en la investigación del hecho ocurrido en 2008, dijo que: "Todas las líneas de mi trabajo llevaron hacia una pista firme detrás de un sujeto identificado como Leonardo Mildenberger."

Sosa declaró que fue alejado de la causa por una controversia entre la procuradora general Liliana Piccinini y el secretario de Seguridad de ese tiempo, Víctor Cufré. Después de eso, el ex jefe policial perdió el manejo de la causa y no supo más nada de ella. “No sé qué pasó para que la fiscalía cambiara el rumbo de la investigación”, dijo en su testimonio y agregó que Mildenberger estaba vinculado a la comercialización de estupefacientes.

Fue el presidente de la Cámara del Crimen de Viedma, Juan Bernardi, quien ordenó que una copia de la declaración de Sosa fuera remitida a la Fiscalía para profundizar la investigación para descartar o confirmar la nueva pista.
En la misma audiencia, declararon otros tres testigos ante los jueces Bernardi, Eduardo Roumec y Rolando Gaitán, que no aportaron demasiados datos al debate.

Felipe Carrasco, Belén Fernández Barrientos y Carlos Morales Toledo son los tres acusados qye llegan a debate oral y público detenidos. Ellos siempre afirmaron ser inocente y, de hecho, Carrasco denunció que se trata "de una causa armada por la policía corrupta".

Para la familia de la víctima, el juicio “es una farsa” ya que, para ellos, los verdaderos culpables están libres.
Atahualpa Martínez Vinaya, de 19 años, fue asesinado la madrugada del 15 de junio de 2008, desapareció luego de ir a una zona de boliches y bares del centro de la ciudad de Viedma. Horas después, cerca del mediodía el joven fue encontrado asesinado de un balazo por la espalda en las afueras de la capital rionegrina.