A través de videoconferencia, seis changarines contaron cómo era el trabajo en la planta de Quitilipi en la que la organización liderada por el empresario y abogado Carlos Salvatore habría camuflado casi mil kilos de cocaína en bolsas de carbón vegetal para enviarlos a Europa.
El Tribunal Oral en lo Federal de Resistencia reanudó esta mañana el juicio oral por la causa Carbón Blanco con una nueva conformación, luego de que Rubén David Quiñones –presidente del cuerpo- pidiera una licencia por motivos de salud. A través de videoconferencia, seis changarines contaron cómo era el trabajo en la planta de Quitilipi en la que la organización liderada por el empresario y abogado Carlos Salvatore habría camuflado casi mil kilos de cocaína en bolsas de carbón vegetal para enviarlos a Europa.
“Es gente muy humilde, del campo, costaba mucho sacarle algún dato”, explicó a Infojus Noticias el fiscal general de Resistencia Federico Carniel, que representa al Ministerio Público Fiscal junto a Carlos Amad. Los testigos ratificaron su declaración en la etapa de instrucción de la causa: dijeron que habían sido contratados por Rubén Félix Esquivel, encargado de la planta y uno de los cinco acusados que están siendo juzgados.
Los changarines contaron cómo embalaban el carbón en las bolsas de arpillera -que llevaban el logo de Carbón Vegetal SRL-, cómo las cosían y las cargaban en los containers que luego eran trasladados en camiones hacia el puerto de Buenos Aires, donde las embarcaban rumbo a Portugal. Según detallaron, el trabajo era controlado por agentes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que se presentaban en la planta, y a través de cámaras de seguridad.
En la audiencia, los fiscales Carniel y Amad contaron con el apoyo del titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad, Diego Iglesias. El debate se reanudó luego de un cuarto intermedio de 10 días hábiles. El 18 de junio el presidente del tribunal, Rubén David Quiñones, pidió licencia por una "neumopatía obstructiva aguda". Hasta que finalice el juicio lo reemplazará el juez de primera instancia de Reconquista, Aldo Alurralde, quien siguió todas las audiencias anteriores como magistrado suplente.
Dos días antes de la suspensión, los fiscales Carniel y Amad habían presentado una denuncia por una amenaza anónima que apareció en el parabrisas del auto de Amad. “Mal momento elegiste para volver vos y tu amigo Carniel. No la van a pasar nada bien. Los estamos observando, escuchando. Sabemos todo. Ojo. Zurdos de porquería”, decía el mensaje.
Según sostuvo Carniel en el requerimiento de elevación a juicio, el abogado y empresario Carlos Salvatore era “el jefe máximo” del “engranaje criminal” que envió al menos tres embarques de cocaína a Portugal. Esquivel se encargaba de ocultar la droga en las bolsas de carbón vegetal en la planta de Quitilipi, que luego eran trasladadas a Buenos Aires y embarcadas hacia Portugal.
Según los investigadores, Salvatore habría comenzado a enviar cocaína a Europa en 2005. Entre ese año y 2012 –cuando fue detenido- habría exportado unas 10 toneladas. Cada kilo, que en Argentina tiene un precio de aproximadamente 4 mil dólares, en el viejo continente vale entre 50 mil y 80 mil euros, detallaron fuentes judiciales.
El empresario futbolístico Patricio Gorosito -presunto socio de Salvatore y otro de los cinco acusados que están siendo juzgados- estaba a cargo de la coordinación de la banda en Europa. Desde su casa en Barcelona (España) monitoreaba al grupo de rosarinos que recibía los cargamentos en el puerto de Lisboa (Portugal).
Los otros dos acusados son el chaqueño Juan Carlos Parga, gerente de producción de la empresa, y Héctor Roberto, de 63 años, hombre de confianza de Gorosito, sospechado de llevar el dinero de la organización desde Buenos Aires a Chaco.
Las audiencias se reanudarán el 28 de julio, luego del receso por la feria judicial. Ese día y al día siguiente declararán trece testigos. Una semana más tarde se daría inicio a la etapa de alegatos. La sentencia sería en la primera quincena de agosto.