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La ausencia de una de las acusadas hizo que deba suspenderse la audiencia de hoy en la causa por el asesinato de Julián Antillanca (19), que fue pospuesta para mañana. Desde las 11 se reanudarán las audiencias y se espera que declaren unos veinte testigos, entre ellos, el precandidato a intendente de Trelew, Adrián Maderna. Hoy a las 8 de la mañana, en el sexto piso del edificio de Tribunales de esa ciudad chubutense, estaba todo dispuesto para la segunda jornada en el juicio por la muerte de Julián, pero uno de los acusados no fue. Hay diez personas en el banquillo de los acusados por el crimen de Julián. Nueve son policías: cuatro imputados por el homicidio, otros cuatro por encubrimiento y uno por privación ilegal de la libertad. Quien no fue es Gabriel Bidera, la única civil que está implicada en la causa, acusada de “encubrimiento agravado” porque intentó desviar la investigación.

Su defensora oficial, María Laura Martensen, le dijo al tribunal que Bidera desde ayer estaba descompuesta y que por eso no había podido llegar. La mujer vive en Puerto Madryn. Los jueces del tribunal Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Di Biasse, pidieron acreditar el estado de salud de la imputada ante las críticas tanto de la querella, a cargo de la abogada Verónica Heredia, y de la fiscal, Mirta Moreno.

Finalmente el tribunal pudo acreditar el estado de salud de la mujer y que no podía asistir a la audiencia porque padecía un malestar que le impidió movilizarse. La nota del cuerpo médico forense de Puerto Madryn se dio a conocer al mediodía y expresaba que por 24 horas no podía someterse al juzgamiento.

Heredia se reservó la posibilidad de que, en caso de que continúe enferma la imputada, el juicio pueda seguir sin retrasos. Los jueces pasaron para mañana la audiencia donde declararan unos veinte testigos. “En su mayoría declararán policías que estuvieron esos días y prestaban servicios en la comisaría”, explicó Heredia a Infojus Noticias, que recordó que otro de los testigos será el precandidato a intendente de Trelew, Adrián Maderna.

La semana pasada durante la declaración de la madre de Julián, Sandra Tolosa, contó que Maderna se acercó a ella a decirle que tenía testigos para el caso de su hijo. Se trata de testimonios de jóvenes que durante el primer juicio generaron muchas dudas. Por eso la fiscal Moreno pidió sea citado a declarar.

Los imputados por el asesinato de Julián son, Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, el oficial Pablo Morales, contra quienes pesa la acusación por delito de homicidio agravado. Otros cuatro que serán juzgados por el delito de encubrimiento agravado son Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala y Bidera, mientras que contra el oficial Diego Rey pesa el cargo de privación ilegal de la libertad.

Una golpiza mortal

En septiembre de 2010, en la zona de boliches de Trelew, Julián fue interceptado por policías a metros de una rotonda. Fue brutalmente golpeado. Los policías lo tiraron al piso, le pisaron la cabeza y las piernas, y comenzaron a pegarle. Después, cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle.

Cuando el padre del joven habló con la policía aquel día le dijeron que lo habían encontrado por un coma etílico. Esa fue la teoría oficial de los primeros días de la causa. Pero los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche.

Ambos denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales. Los Aballay, que iban a ser testigos de este nuevo juicio, fueron fusilados a principios de 2014.

GA/RA