En diciembre pasado, un tribunal de Santiago del Estero condenó a 10 años de prisión a Francisco Javier Juárez, el hombre que mató de un disparo al joven campesino Cristian "Cacho" Ferreyra. Sin embargo, absolvió al empresario Jorge Ciccioli, acusado de ser el autor intelectual. Ahora, la justicia difundió los fundamentos.
La Cámara en lo Criminal y Correccional de Primera Nominación de Santiago del Estero difundió los fundamentos de la sentencia que, en diciembre pasado, condenó a 10 años de prisión a Francisco Javier Juárez, el hombre que mató de un disparo al joven campesino Cristian "Cacho" Ferreyra. A su vez, dio detalles de por qué absolvió al empresario sojero, Jorge Ciccioli, acusado de ser el autor intelectual del crimen. Otros cuatro hombres imputados por lesiones y amenazas también fueron absueltos aquel día.
Esos argumentos–el porqué de la sentencia- se plasmaron en casi 80 páginas y fueron escritors por los jueces Élida Suarez de Bravo, María Angélica Peralta de Aguirre y Federico López Alsogaray. . Infojus Noticias accedió a los fundamentos completos de una causa que se inició después de que en noviembre de 2011, en plena siesta, en el paraje Campo de Mayo en Santiago del Estero, un escopetazo terminara con la vida de “Cacho”.
Esa tarde, bajo el sol asfixiante en el norte de Santiago del Estero, varios testigos sufrieron la violencia que enmarca el conflicto por la tierra en Santiago del Estero. Además de Cristian, Darío Godoy, compañero de ,militancia de Cristian en el Mocase, recibió también un tiro pero se salvó. Sergio Ferreyra, primo de Cristian, intentó atacar al agresor y también fue golpeado. Noelia Ferreyra fue la que pudo retratar con su celular al asesino con la itaka en la mano. A unos metros Ángela Juárez, esposa de Cristian, sólo atinó a gritar: “¡A Cacho no!”.
El empresario que no estaba
En febrero de 2011, Jorge Ciccioli “compró” unas 1800 hectáreas en Metán, Salta. Allí, según su versión, no vivía ninguna persona pero se comprobó que estaba asentada la comunidad indígena Lule Vilela, a la que pertenecía Cristian Ferreyra. “Soy un pequeño productor agropecuario que vendió un campito en la Pampa Húmeda de 160 hectáreas y compró en Nueva Esperanza. Después me ofrecieron éste campo”, dijo Ciccioli durante el juicio.
Los jueces le creyeron porque “en todo momento, desde su declaración ante el Juez Instructor, a los pocos días de ocurrido los hechos, y al momento de declarar en el debate, mostró coincidencia y coherencia en sus declaraciones”. Además, el día que mataron a Ferreyra, Ciccioli dijo que estaba en Cañada de Gomez, Santa Fe. Lo que resultó cierto para los magistrados porque consideraron que no había ningún elemento de juicio “contundente” que demostrara una “cooperación material” del empresario. Agregaron que Ciccioli "no se encontraba en Santiago del Estero, y tampoco estuvo en el lugar de los hechos”.
Por otra parte, negaron algo fundamental: su vínculo con los matones. " No se ha demostrado que previamente se haya puesto de acuerdo o le haya ordenado a Juárez enfrentarse con las víctimas y matarlas”, dijeron los jueces a pesar de que testigos testimoniaron que lo vieron dando armas a los empleados de su campo y amenzando personalmente a los integrantes de la comunidad.
“Ninguno dijo haber presenciado cuando el acusado le entregaba las armas o haber escuchado órdenes dadas por el mismo”, agregaron y dieron poca relevancia a los relatos de dos protagonistas, Dario Godoy y Noelia Ferreyra, que detallaron cómo escucharon las amenazas desde la escuela, cerca de la escena del crimen. Para los magistrados, desde allí había una distancia de 170 metros y por eso “resulta poco creíble que se escuche a esa distancia”.
Un mensaje de texto “creible”
"No existe elemento alguno que permita determinar con certeza, cuál fue el estado subjetivo de Ciccioli, y lo que resulta de sus dichos, es que él desconocía y nada hizo para la comisión de los hechos”, explican los jueces en la sentencia. La principal prueba valorada por el tribunal fue un mensaje de texto enviado aquella tarde por el propio Juarez:
- Mire Don yo le voy a contar puse un Achero y oy los mocacero me lo amenazaron y yo los fui a buscarlo en la casa me va a perdonar usted yo les di a dos de ellos en sus casa están en el hospital y yo estoy en el campo todavía- fueron las palabras textuales del asesino de Ferreyra
El mensaje se mandó a las siete de la tarde, casi tres horas después que Francisco Juarez les había disparado a Cristian y a Dario. Para los jueces ese “pedido de perdón” es esencial y “descarta que Ciccioli haya colaborado o asistido material o moralmente a Juárez, elimina una posible comunidad de acción, lo cual es esencial para la tipificación de la participación secundaria”. Los jueces le creyeron a Ciccioli y lo absolvieron de “culpa y cargo”.
Una pena leve
El autor material de la muerte de Cristian tuvo una pena leve. En los fundamentos los jueces acreditan que la muerte de Cristian y las lesiones a Darío Godoy fueron causadas por disparos de la escopeta “efectuados por el acusado Francisco Javier Juárez” pero también le creen a Juárez en su versión de los hechos.
El testimonio del autor del disparo contiene varios ribetes que rozan lo fantástico. Cabe recordar que Juarez llegó en una moto al lugar con una itaka en la cintura. “Cristian vino corriendo, sacó la cuchilla, y también vio que Godoy sacó la cuchilla, y él lo primero que hizo fue sacar la escopeta para abajo y tiró hacia abajo”, contó Juarez.
“Esta declaración del acusado, reúne todos los requisitos necesarios que le dan plena validez, por cuanto la misma ha sido producida ante un órgano judicial, en forma libre sin coacción alguna”, dijeron los jueces. Y aclararon que “lo declarado no carece de verosimilitud -podrán discutirse circunstancias, formas o atenuantes, pero no el hecho de haberles producido las heridas con un arma de fuego, escopeta- y está referida a un hecho simple, carente de complejidades que puedan inducir a error”.
El hijo de Cristian, que hoy tiene cinco años, no se olvida de lo que pasó. Dice que al padre “lo han matado como a un perro” y también dice que “él se va a matar”. “Agarra un arma de juguete y actúa como si estuviera viviendo el momento”, contó Beatriz Juárez.
Las condenas civiles
“Juárez debe responder por los daños que causó con la comisión de los delitos” , dijeron los jueces que ordenaron el resarcimiento económico de la mujer y el hijo de Cristian. Juárez deberá indemnizarlos con 900 mil pesos. En tanto que a Godoy, el asesino de Cristian deberá pagarle 72 mil quinientos pesos. El empresario Ciccioli también zafó de este aspecto por “no ser responsable de ningún hecho ilícito, ni de tener una responsabilidad objetiva ni subsidiaria”
La apelación
Las querellas y el Mocase Vía Campesina dijeron que apelarán la sentencia del tribunal. Los abogados del movimiento campesino, Oscar Rodríguez, María José Benancio y Natalia Gramajo consideraron que se trata de una sentencia “absolutamente apelable”. El fiscal de la causa, Guillermo Lozano, aún no resolvió si apelará el fallo: tiene días más para tomar la decisión.