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Infojus Noticias

14-8-2014|8:15|Juicio Buenos AiresProvinciales
En los Tribunales de Lomas de Zamora

Crimen de Bugatto: "El policía no dio la voz de alto, ni se identificó"

Lo declaró uno de los amigos que estaba con Lautaro Bugatto cuando lo mataron. El único acusado de haber baleado al jóven en 2012 es el ex policía bonaerense David Benítez. El ex agente estaba fuera de servicio e intentó evitar a los tiros el robo de un ciclomotor.

  • Foto: Majo Malvares.
Por: María Florencia Alcaraz

En la segunda jornada del juicio por el crimen del jugador de Banfield, Lautaro Bugatto, se pusieron en debate las dos versiones de un mismo hecho que tendrán que poner en la balanza los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 10. Declararon todos los testigos presenciales de la madrugada del 6 de mayo de 2012 en la que el joven de 20 años murió por una bala policial. Los amigos de la víctima  contaron cómo vieron morir a Lautaro. Mientras que la mujer y la hermana del ex policía bonaerense David Ramón Benítez -único imputado en la causa-intentaron plantear la hipótesis de que se trató de un enfrentamiento armado y que su familia fue víctima de un intento de robo.

En total, prestaron testimonio 9 personas. La última de las testigos fue una sorpresa: la hija del ex agente que ahora tiene 14 años se sentó delante de los jueces y respondió las preguntas al igual que el resto. El juicio continúa hoy con más testigos. Declararán los policías que encontraron los casquillos de las balas.

“Fue un día clave en el que se pusieron sobre la mesa un 80 por ciento de  las cuestiones acreditadas en la causa”, explicó a Infojus Noticias Gonzalo Bugatto, hermano de la víctima. Los tres amigos de Lautaro que estaban la noche del crimen frente a la casa de él, en el cruce de avenida Monteverde y Pedro Goyena, y hablaron ante los magistrados son Pablo González, Rodrigo Sosa y Jonathan Mangini.  Se preparaban para ir a bailar con él cuando el ex agente, que estaba fuera de servicio, intentó evitar a los tiros el robo de un ciclomotor.

La audiencia se extendió por casi siete horas. El relato  más esperado fue el de Jonathan Mangini, que además de compinche era primo del futbolista. Es la primera vez que su voz aparece en la causa, durante la instrucción la policía no le tomó declaración. La familia Bugatto denunció que fue un testigo que la bonaerense quiso ocultar: a pesar de haberse presentado en la comisaría de Burzaco el día del crimen, nunca lo llamaron para prestar testimonio. Cuando a Lautaro le dispararon, Jonathan estaba cruzando la calle para buscar dinero para salir a bailar. Él vivía frente a la casa de la familia Bugatto en ese entonces.

"No escuché la voz de alto. Tampoco que se haya identificado", dijo el joven sobre el imputado. Jonathan puso en fila todos sus recuerdos de manera ordenada y con claridad durante una hora. Cuando terminó de testimoniar salió al pasillo de los Tribunales y rompió en llanto, sacó el dolor contenido ante los jueces. Afuera de la sala de encontró en un abrazo con otro amigo en común con el deportista muerto.

El segundo de los amigos en declarar fue Pablo González. En su relato, al igual que el primo de la víctima, aseguró que Benítez los amenazó después de haberle disparado al futbolista. "Quédate quieto porque te disparo a vos", le dijo el ex policía la madrugada del crimen. Pablo González fue quien llevó hasta la clínica a su amigo que agonizaba. "No me quiero morir" fueron las últimas palabras que le dijo Lautaro.

El último del grupo de amigos en declarar fue Rodrigo Sosa. Los tres testimonios coincidieron en detalles y descripciones. Los jóvenes hablaron de manera segura y con claridad ante el Tribunal. Antes de los amigos de Lautaro, habló ante los tres magistrados Sabrina Hezar, prima de la víctima. Fue citada para aclarar declaraciones mediáticas del momento del crimen. Su testimonio fue breve. También contaron lo que vieron esa madrugada Ariel Medina, un vecino que recogió los casquillos que salieron de la pistola 9 mm de Benítez y Nahuel Sosa, otro primo de Lautaro que estuvo esa noche.

La estrategia del policía

La versión de la defensa del ex policía es que Lautaro y sus amigos estaban armados y salían a robar. Según el abogado de Benítez, Juan Carlos Feustel, hubo un "enfrentamiento" a tiros. “Balacera”, “tiroteo”, “chorros” fueron las palabras que más se escucharon de esta parte. En ese sentido, el fiscal les preguntó a los testigos si ellos estaban armados y si tenían planeado cometer algún ilícito. Todos negaron esta versión. “Éramos cuatro pibes que iban a bailar”, dijo Jonathan Mangini cuando lo interrogaron. Gonzalo Bugatto escuchaba los interrogatorios y, en algunos tramos, no podía contener el llanto. La angustia que le presionaba en el pecho y lo obligaba a respirar hondo era que se pusiera en duda si su hermano era un delincuente.

Para respaldar esta versión de los hechos Feustel convocó a la pareja del ex agente de la bonaerense,  Andrea Celeste Cerda y a María del Pilar Benítez, la hermana del imputado. También citó a la hija de Benítez que en ese entonces tenía 11 años. Según el relato de los familiares del ex efectivo ellos volvían de un paseo desde Laferrere la madrugada del 6 de mayo de 2012.  María del Pilar Benítez y la hija del ex policía iban en un ciclomotor que, según ellos, intentaron robarle dos jóvenes a los tiros.

Cuando Benítez advirtió la situación disparó desde el auto “para defenderlas”. Sólo la hermana del ex policía dijo reconocer a Lautaro Bugatto como a uno de los ladrones. “Tenía una capucha gris y una bufanda roja. Me apuntó con un arma finita”, dijo. Sin embargo, cuando le mostraron las fotografías que se le tomaron al cuerpo de la víctima a horas de su muerte no encontró la ropa con la que lo describió.

El imputado siguió las palabras de sus familiares más directo en silencio y con un gesto inmóvil. Las dos mujeres y la adolescente coincidieron en que Benítez dio la voz de alto, sin embargo, entraron en diversas contradicciones sobre cómo sucedieron los hechos. El fiscal Jorge Bettini Sansoni solicitó un careo entre la menor y su madre y su tía pero los jueces se lo negaron.

Otra de las maniobras con las que intenta defender a Benítez apunta a responsabilizar del intento de robo a la familia Benítez a dos chicos que estaban en la Clínica Burzaco donde fueron los familiares de Gonzalo y, también, la esposa e hija herida del policía. Cuando intentaron robarle la chica se cayó de la moto y, por eso, fue hospitalizada. Ahí dijo reconocer a uno de los jóvenes que le había disparado.

Un caso paradigmático

Faltaban quince días para que Lautaro debutara en la primera de Banfield cuando fue alcanzado por una de las siete balas que disparó Benítez, que en ese momento se encontraba de civil.  El ex agente le disparó por la espalda, excusándose en un tiroteo con supuestos delincuentes. Ahora llega a juicio imputado por “homicidio simple”. Su defensa planteará la hipótesis de que se trató de un enfrentamiento.

El caso es paradigmático porque empujó el lanzamiento de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional el 12 de junio de 2012 en el Congreso. El crimen del futbolista se bifurcó en otro expediente judicial que investiga a la actuación de la propia policía. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) representa a la familia de Lautaro en una acción administrativa ante la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, que dio por probadas algunas de las principales irregularidades cometidas por la policía de la provincia de Buenos Aires para encubrir al acusado.

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