G.O declaró a puertas cerradas. La hipótesis -que la Fiscalía confirma- es que Facundo Rivera Alegre fue a comprar cocaína y murió en una pelea con los vendedores. La mujer detalló que uno de los imputados quiso “pegarle un cañazo”, pero el arma se disparó “y le dio en el medio de la frente”.
A sala vacía, sin la presencia de los imputados y bajo estrictas medidas de seguridad, declaró ante los jueces de la Cámara 11 del Crimen de Córdoba, la única testigo que dijo haber presenciado el momento preciso del crimen de Facundo Rivera Alegre, “El Rubio del Pasaje”. G.O confirmó que uno de “Los Colelas” le disparó en la cabeza a Facundo, poniendo fin a una pelea suscitada durante una transacción de cocaína. Los acusados son Pablo Rearte, de 31 años, y su hermano menor “K.J.L”, de 15 años al momento del hecho. Ambos son hijos de María del Carmen Rearte, “La Colela”, acusada por los vecinos de ser una transa de barrio Maldonado.
La joven ratificó la declaración en la etapa de instrucción y derivó en la detención de “Los Colelas”. “Brindó todos los elementos para sostener la hipótesis del homicidio, para nosotros esa parte de la investigación está concluida”, dijo a esta agencia el fiscal de cámara Diego Albornoz. La acusación sostiene que la madrugada del 19 de febrero de 2012, a la salida del baile del cuartetero Damián Córdoba, Facundo subió al colectivo E2 y atravesó la ciudad hasta llegar a barrio Maldonado. Después caminó hasta la casa de los imputados a comprar cocaína para uno de los músicos de la banda. Luego de pagar con un billete falso, hubo una pelea con los vendedores que culminó cuando “K.J.L” le disparó en la cabeza. De acuerdo con los dichos de G.O el balazo fue accidental.
“El ‘Kevin’ estaba sacado y le quiso pegar un cañazo en la cabeza”, declaró la mujer. “Pero salió la bala y se la dio en el medio de la frente al chico. La gorra del gringo (en referencia al Rubio) voló por el aire”, relató.
Con tan sólo tres audiencias, en el juicio asoma un coctel que une al ambiente del cuarteto con la venta de drogas. Es el relato de una noche que comenzó en una fiesta cuartetera y culminó con un crimen sin cadáver, porque habría sido cremado ilegalmente en el cementerio San Vicente. Por eso el empleado municipal Aldo “Pelado” Monje está imputado de encubrimiento.
En la audiencia de hoy declararon otras tres personas. El único que habló con la sala abierta al público fue el músico Luciano Calderón, señalado como el que envió a Facundo a comprar cocaína. El resto de los testigos –vecinos de Maldonado, amigos de Facundo, y allegados a la banda– piden declarar sin público. Todos dicen tener miedo a lo que le pueda pasar. El juicio continuará el martes con la declaración de los empleados del cementerio San Vicente. Para la Fiscalía, solo queda avanzar sobre la investigación del encubrimiento.
Una discusión que terminó en crimen
A las 6 de la madrugada del domingo 19 de febrero de 2012 la testigo clave también regresaba del baile a donde había ido a festejar un cumpleaños. Ya en Maldonado, paró a comprar cigarrillos en un kiosco ubicado enfrente de la casa de los imputados. Desde allí escuchó y vio los que serían los últimos minutos del “Rubio”. “Había una junta de chicos en la puerta de la casa del Negro Pablo, entre los que estaba el gringo (por el Rubio)”. Dijo que lo había visto otras veces “comprando la gilada”.
Esa vez, además de Pablo y “K.J.L”, estaba Mario “El Pato” Rearte, el mayor de “Los Colelas”. Desde el kiosco, la joven escuchó gritar a Pablo: ¿Hasta cuándo me vas a seguir cagando, vos, teñido?”. Hablaban de un billete falso. Luego empezaron a pelear. Facundo se defendió y a la pelea se metieron los otros dos hermanos.
La mujer es minuciosa en su relato: “Kevin le mete una trompada al Gringo, lo arrebata, y ahí el Gringo le empieza a pegar al Kevin, cagándolo a trompadas”, contó la mujer. “Mientras se pelaban, el Pato y el Pablo intentaban separarlos, teniéndole los brazos hacia atrás para evitar que el gringo le siga pegando al Kevin”, agregó. Fue entonces cuando el menor de los hermanos sacó la pistola que “Pato” Rearte llevaba en la cintura y quiso darle un “cañazo” a Facundo. Pero le disparó. En el piso quedó un charco de sangre. El “Pato” y Pablo cargaron el cuerpo en el Ford K gris de la madre. “Los brazos colgaban”, detalló la testigo. Seis meses después, realizaron el test de “luminol” (reactivo) en el auto y se detectó sangre en el asiento, el baúl y hasta en el tablero.
“Culpa tuya pendejo culiau”
La declaración de la testigo clave fue complementada por la de “E.C”, una joven que también pidió hablar sin la presencia de público y de los imputados. “E.C” –flaca, morena, con un aro en el labio superior, según la describió una fuente– llegó a la casa de los Rearte minutos después del crimen, con la novia de Pablo Rearte. En la instrucción, la chica contó que desde la calle escuchó una pelea entre los hermanos. Los gritos de Pablo, que tartamudeaba cuando se ponía nervioso, se escuchaban desde la calle: “Culpa tuya, pendejo culiau, mirá el embrollo que va a haber ahora. Culpa tuya pendejo culiau no sabés lo que va a sufrir la mami (sic)i”.
Por su parte, el acordeonista Luciano Calderón –integrante de la banda de Damián Córdoba– negó que conociera a Facundo Rivera Alegre. Hasta el momento, al menos cinco testigos señalaron lo contrario. Dijeron que Calderón alimentaba la relación con sus fanáticos, entre ellos Facundo, con entradas gratis a los bailes, tragos y viajes de gira. A cambio, debía comprarle “la gilada”.
WC/LC