Lo afirmó Marta Salto, madre de Cristian Ferreyra, asesinado en 2011 cuando resistía un desalojo de tierras. El tribunal que juzgó el caso absolvió al empresario acusado y sólo condenó al autor material. "Yo quiero que la justicia haga justicia", dijo la madre del joven.
Diez horas habían pasado desde que Marta Salto, la madre de Cristian Ferreyra, escuchó la sentencia que absolvió a Jorge Ciccioli, el empresario acusado de ser el autor intelectual del asesinato de su hijo, en 2011, y que sólo condenó a 10 años al hombre que le disparó, Francisco Juárez. Era de noche en Monte Quemado y después de pasar por el médico -algo que se repitió durante este mes por los problemas de presión que sufre- Mirta llegó acompañada de sus hijos y nietos para hablar con Infojus Noticias y contar que con la sentencia los jueces la “han muerto por adentro”. El tribunal también absolvió a los cuatro hombres que acompañaron a Juárez el día que mató a Cristian que estaban imputados por lesiones y amenazas: Carlos Abregú, Mario Abregú, Víctor Juárez y Walter Juárez.
Cristian murió desangrado por el tiro de una escopeta en su pierna. “Él tenía 12 años y con él trabajábamos a hacha, volteábamos postes, imagínese”, recuerda Mirta y cuenta que el joven la ayudó a criar a las hermanas.
El territorio es el conflicto de fondo en el asesinato de su hijo. Mirta lo sabe muy bien. “Tengo ese recuerdo cuando voy al monte topao (desmonstado)” mientras se agarra el pecho, justo en el corazón, cierra los ojos y lentamente mueve la cabeza para un lado y otro: “ahora sólo hay unos quebrachitos”, dice.
-¿Que sintió cuando escuchó la sentencia del tribunal?
-Sentí muy mal lo que han hecho. Una injusticia lo que han dado en la sentencia. A Javier (Juárez) 10 años y a (Jorge) Cicciolli que va a salir libre. Y Abregú y los otros, ellos son los culpables, y van a salir libres también. Sentía una desesperación como me lo han muerto a mi hijo que no haiga justicia. No puedo creer. Yo he ido con los compañeros, las víctimas no sé como lo han pasado. Hasta a mí me han dicho que yo he mentido. Lo he visto a Ciccioli con armas y les he dado todos los detalles, y me han dicho que he mentido. Cómo voy a mentir, yo he jurado en los tribunales. Cómo voy a mentir una cosa que es cierto, lo que ha pasado allá en el campo de San Bernardo. Ciccioli dice que era dueño y andaba cada semana. Nosotros los campesinos cuando escuchamos una camioneta que transita por ahí le conocemos el bramido. Allá no es como la ruta. Allá pasan las camionetas y son vecinos. Cómo será que nosotros sabíamos que venía él y el capataz. Ellos estaban en la casa de Fabucho (Demetrio Palombo) y tenían todas las máquinas. Ahora resulta que no tiene ninguna causa él ¿Por qué?
-¿Qué piensa de los jueces?
-Que se han vendido. Esa no es la justicia que tiene que haber. Los empleados de Ciccioli tenían armas, ¿cómo no le van a dar ni siquiera dos años de prisión? Y a Javier le han dado 10 años: tres años ha estado, siete años le queda, dos años más y sale. ¿Cómo puede ser eso? Es una injusticia este crimen que le han hecho a mi hijo, un inocente. Él me ayudaba, con esa mujer que estaba juntado (Ángela Beatriz Juárez). Mi marido vivía enfermo porque tenía cáncer. Él tenía 12 años y con él trabajábamos a hacha, volteábamos postes, imagínese. Mis hijos los criábamos con él (en referencia a Cristian). Él ha criado a todos las hermanas y a su hermanito menor y me lo han muerto a los 23 años. Tenía todo su proyecto, trabajaba para tener sus cosas y criar a su hijo. Ahora me lo han muerto y le dan una condena que no es nada y a los otros los sueltan. No puede ser esa la Justicia.
-¿Van a apelar?
-Puedo entrar en la apelación con la Beatriz nombrando otro abogado para que me hagan justicia. Yo quiero justicia no quiero plata, no quiero nada. Quiero que me encierren al asesino, a los tres asesinos. Yo no voy por la plata en el civil, yo quiero justicia. Que me haga justicia la Justicia. No injusticia como lo han hecho ahora.
-¿Cómo era Cristian?
-Era un chico muy bueno y me lo han muerto. Ha muerto el padre y antes del mes me lo han muerto a mi hijo. Me han muerto por adentro a mí, yo estoy muerta por adentro al saber que lo han suelto al empresario y a los que son cómplices del asesino. Ahora estoy teniendo miedo porque nos habían amenazado matar y ahí delante de la jueza le he dicho que me maten a mí. No me maten a mi hijo ya, sufro y no sé. Decían que nos van a hacer quemar las casas, nos vivían amenazando, todo eso venían diciendo mis hijos, que van a mentir las criaturas. No han llevado al maestro para que aclara, podía ir un maestro y decir si era verdad. La Justicia no veía sino a Ciccioli. Decían que todos estábamos por la plata. No, yo por la plata no, yo quiero justicia.
-Al Cristian militante, ¿Cómo lo recuerda?
-Un hombre que ha dado la vida por el territorio que le pertenece. Un hombre que ha peleado por su territorio. Él lo ha defendido como ha podido pero ha entregado su vida, la que él vivía. Tengo ese recuerdo cuando voy al monte topao (desmonstado) [Mirta vuelve a señalase el pecho, justo en el corazón, cierra los ojos y lentamente mueve la cabeza para un lado y otro] sólo hay unos quebrachitos. Se me viene a mí, mi hijo [una lagrima cae de su ojo derecho] lo ha defendido a ese monte y ahora no le han dado justicia. A mí me duele, me han muerto por adentro lo que me han hecho [con la voz quebrada] ¿No lo ven en la foto como está parado? Cómo van a pensar que él fue a defender con cuchillos, los otros han ido a matar. El jamás los ha molestado a ellos. Ellos lo buscaban y le pegaban. No era de pelea, era un chico tranquilo. Ni nos avisaba a nosotros. Era amigo con todos.