Por segunda vez se realizó la pericia sobre las pisadas de los imputados para determinar de quiénes son las huellas que se encontraron en la escena del crimen. Peritos de la Policía Científica tomaron muestras de tres calzados a los imputados Osvaldo Martínez y Javier Quiroga, quienes caminaron sobre rollos de cartulina blanca.
El juicio por el cuádruple crimen de La Plata volvió a convertirse en un escenario casi teatral. Con una cinta amarilla y el despliegue de unos rollos de cartulina blanca para asentar las pisadas de los dos imputados, cuatro peritos de la Policía Científica tomaron muestras de las huellas de tres calzados que hicieron probar a Osvaldo “Karateca” Martínez –ex pareja de Bárbara Santos, una de las víctimas- y Javier “La Hiena” Quiroga –un albañil que realizó trabajos en el departamento-. Comandado por el perito Cristian Méndez, el equipo supervisó una pericia que será clave: la de saber de quiénes eran las huellas ensangrentadas de zapatillas que se encontraron en el pasillo del departamento donde fueron asesinadas las cuatro mujeres.
Martínez y Quiroga están siendo juzgados por las muertes de Bárbara Santos, de 29 años; su madre Susana de Barttole, de 63 años; su hija, Micaela Galle, de 11; y su amiga Marisol Pereyra, de 38. Él o los asesinos las habrían matado en el departamento de la calle 28 e 41 y 42 con un palo de amasar y con el uso de varios cuchillos de cocina, según se desprende de la pesquisa. El fiscal Álvaro Garganta está convencido que, entre Martínez –expareja de Bárbara- y Quiroga –albañil que hizo trabajos en el departamento-, los únicos dos imputados del caso, existió un acuerdo para matarlas. La gran pregunta es por qué y cómo lo hicieron.
La pericia de las huellas ya se había realizado hace unas semanas pero, a pedido del fiscal Álvaro Garganta, volvió a realizarse para aportar mayores precisiones. El Tribunal, compuesto por Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini, entendió que es una prueba clave y le dio lugar. En aquella oportunidad, el perito Méndez había comprometido a Quiroga, cuando dio a conocer un informe de la pericia de huellas de pisadas practicadas por los acusados. En ese sentido, el perito había afirmado que las marcas de suela de zapatillas Topper ensangrentadas que fueron encontradas y fotografiadas de la escena del crimen eran compatibles con las de Quiroga, cuyo ADN fue levantado de los cuerpos de dos de las víctimas y de distintos sectores y objetos del PH del barrio La Loma.
Las huellas halladas en el lugar de la masacre se corresponden a un calzado talle 41- 42. Según se desprende del expediente Quiroga calzaría 39-40 y Martínez 41-42. Pero no se descarta que el primero haya utilizado un calzado más grande: él mismo confesó que para realizar trabajos de albañilería usaba zapatillas de mayor tamaño.
Durante la instrucción, quedó evidenciado que las zapatillas -marca Topper Nova Low- que el homicida utilizó al momento de asesinar a las mujeres fueron halladas en el Hogar Esperanza de Vida, donde Quiroga se había internado para recuperarse de una adicción. La nueva pericia apuntó a establecer mayores puntos comparativos entre dicho calzado y las huellas de los imputados. El fiscal Garganta había cuestionado que el perito Cristian Méndez no explicó cuestiones relacionadas con el peso de quien caminó por el pasillo de la calle 28 entre 41 y 42. Y que, además, ese informe sólo contenía la comparación con Quiroga, sin haberse hecho lo mismo con respecto a Martínez.
Por tal motivo, Méndez regresó hoy con su equipo de peritos y examinó minuciosamente –en pruebas que se repitieron más de una vez a pedido de las partes- la talla y el peso de las pisadas de los imputados, con desplazamientos a lo largo de las cartulinas y con pisadas más lentas o más rápidas, según la medición.
Ver caminar a Martínez y Quiroga por la sala, con tinta en la suela de sus calzados, no es algo común para los que asisten al juicio. Con guantes de látex celeste, Méndez midió la longitud de los tres calzados: uno fue el que coincidió con las huellas encontradas en la escena del crimen –que no tenía talla a la vista, aunque se calcula que estaría entre el 41-42- y otros dos de talla 41 que propuso Gendarmería y la defensa de Martínez, a modo comparativo. También se examinaron las plantillas, los talones y las puntas de las zapatillas. Y si quedaba algún tipo de duda, se tomaron muestras de los calzados que llevaban puestos los imputados. Fue a pedido de la querella que representa a Daniel Galle–padre de una de las víctimas-, quien consideró importante calcular el “desgaste” en el uso de los calzados para establecer si se podía realizar otra prueba comparativa para calcular esa misma noción en la zapatilla que correspondería a la escena del crimen.
Por otra parte, el defensor de Martínez, Julio Beley, pidió que se deje constancia sobre el hecho de que Martínez caminó este jueves con medias, mientras que Quiroga al momento de calzarse las zapatillas carecía de las mismas.
El perito Méndez, preguntado por el Tribunal, dejó en suspenso su opinión y pidió tiempo para examinar con detenimiento las nuevas pruebas. A su vez, la pericia anterior fue realizada por expertos de Gendarmería Nacional y ahora el fiscal Garganta pidió que la misma sea supervisada por Prefectura y, con el aval del Tribunal, hacia allí fueron las muestras. En tanto, en las próximas audiencias se podría definir cuándo se realizará otra medida de prueba que queda pendiente: una inspección ocular en la escena de los crímenes, a la que asistirán los testigos José Lencina y Marcelo Tagliaferro.
Antes de finalizar, los jueces hicieron un pedido a las partes para no dilatar más las audiencias. “Este Tribunal tiene postergado el inicio de diez juicios. Por lo cual, no aceptará más prórrogas”, señaló el presidente Eduardo Domenech.
Mañana desde las 9.30 se reanudará el debate con el testimonio de la Médico de la Asesoría Pericial de La Plata, Silvina Cabrera, y de Gabriela Tinto, Perito Médico Legista. Durante la instrucción ambas elaboraron un informe conjunto en donde señalaron las causales de muerte de las victimas junto con un análisis secuencial de la masacre.