La sala III de la Cámara Penal de La Plata rechazó el pedido de sobreseimiento formulado por Cristian Martínez Poch. Además, confirmó la elevación a juicio oral bajo los cargos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado".
La sala III de la Cámara Penal de La Plata rechazó el pedido de sobreseimiento formulado por el disc jockey Jorge Cristian Martínez Poch, detenido como acusado de haber mantenido cautiva durante 15 días a su pareja y abusado
sexualmente de ella y de dos hijas que tuvo con su primera esposa.
La Sala confirmó además la elevación a juicio de la causa, dispuesta en marzo último. Los camaristas Carlos Silva Acevedo y Alejandro Villordo convalidaron lo actuado por el fiscal Marcelo Romero y el juez de Garantías Pablo Raele y dispusieron que el acusado vaya a juicio oral bajo los cargos de "privación ilegal de la libertad doblemente agravada, en concurso real con corrupción de menores agravada, abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal calificado".
El 24 septiembre del año pasado, la abogada Vanesa Rial (39) fue rescatada por la Policía, tras allanarse uno de los
departamentos de un edificio ubicado en la calle 23, entre 58 y 59 de La Plata, donde Martínez Poch la mantenía cautiva desde principios de ese mes. Durante ese tiempo, el hombre la golpeó, la drogó y abusó sexualmente de ella, según denunció la víctima ante la prensa y el fiscal Romero.
Dos días después de la liberación de la mujer, prestaron declaración testimonial ante el fiscal dos hijas de Martínez Poch, de 19 y 20 años, quienes relataron que tras la muerte de su madre, cuando eran niñas, fueron abusadas por su padre. En el pedido de elevación a juicio, el fiscal tuvo en cuenta también lo resultados de las pericias psicológicas y psiquiátricas efectuadas a fines de diciembre a Martínez Poch que revelaron que sus rasgos de personalidad psicopática "no conlleva alteración alguna para comprender la realidad, manteniéndose la indemnidad de las capacidades psicojurídicas".
Los peritos precisaron que el imputado tiene una imagen de sí mismo "sobrevalorada si se la contrasta con sus logros obtenidos, sean éstos académicos, laborales, personales o afectivos" y es claro su "malestar e irritación cuando se lo confronta con esta contradicción". Martínez Poch, afirmaron los peritos, tiene "tendencia a mentir y engañar, ausencia de remordimiento o culpa, superficialidad afectiva, desconsideración e indiferencia, promiscuidad sexual, irresponsabilidad, transferencia de culpa/responsabilidad y numerosas relaciones de parejas breves, entre otras”.