Juan Alós apareció muerto el 7 de septiembre con un disparo en la cabeza. Estaba siendo investigado por su vinculación con el narcotráfico en Córdoba. Ahora apareció una carta en la que se despide. Pero su mujer y su abogado dudan de la legitimidad del escrito.
“Sé que no fui un buen marido ya que dediqué mis días a la policía y en especial a luchar contra narcotraficantes”. Así empieza la carta que, supuestamente, dejó Juan Alós, el policía que apareció muerto en un auto cuando estaba siendo investigado por su vinculación con el narcotráfico en Córdoba. Carlos Nayi, el abogado de la viuda de Aló, Roxana Luna, asegura que esa carta no estaba en la escena del crimen cuando encontraron el cuerpo. Cree que alguien la puso en el lugar para disfrazar de suicidio a un homicidio.
“Tenemos pruebas, como escuchas telefónicas, para acreditar que la carta no estaba en el vehículo del oficial en un primer momento”, dijo el abogado de la viuda.
Alós apareció muerto la madrugada del 7 de septiembre con un disparo de arma de fuego en la cabeza. Su cuerpo estaba en el interior de su vehículo en las cercanías de Bosque Alegre, en la zona de Alta Gracia.
“A las tres de la madrugada, cuando llegó al lugar la primera comisión policial, no estaba la carta en el asiento del acompañante. Una hora después fue el fiscal Emilio Drazile y a las 6.30 llegó el personal especializado de policía judicial. Fue ahí cuando apareció la carta”, explicó Nayi a Infojus Noticias.
La viuda del policía dudó desde un primer momento de la legitimidad del escrito. Alós encabezó la carta “Roxana: quiero agradecerte por tu amor y tu paciencia”, cuando nunca la llamaba de ese modo. Él le hubiese escrito “Ro” o “Gorda”, como acostumbraba a nombrarla en la intimidad.
Nayi cree que la caligrafía del texto "corresponde a la del oficial Alós, pero el diseño, la forma de escribir y la forma de redactar no se corresponden con lo que él acostumbraba a escribir".
No es la primera irregularidad que aparece alrededor de la muerte de Alós. El vehículo en el que apareció su cadáver fue lavado en su interior y posteriormente alojado en la Jefatura de Policía.
“No hay desprolijidades o descuidos involuntarios. La Justicia local está obstaculizando para develar lo que realmente fue un crimen”, dijo Carlos Nayi a Infojus Noticias.
El último martes la viuda de Alós denunció penalmente al fiscal provincial de Alta Gracia, Emilio Drazile, responsable de la investigación por el presunto suicidio de su esposo. Lo hizo por el supuesto delito de "encubrimiento agravado y abuso de autoridad". Su abogado confirmó que pedirá la destitución del fiscal “por mal desempeño” y “la probable comisión de delito y el inmediato apartamiento de la investigación de este caso".
Según declaraciones del primer policía que llegó al lugar donde estaba muerto el agente, por “directivas expresas” del fiscal Drazile, el auto fue entregado la misma mañana del sábado 7 de septiembre al comisario Juan José González, jefe de Drogas Peligrosas de Alta Gracia.
Las principales pruebas de su misteriosa muerte pasaron a estar en manos de los miembros de la misma fuerza sospechada de asociación ilícita y connivencia con el narcotráfico.
Juan Alós tenía 34 años y se desempeñaba en la División Drogas Peligrosas de la Policía provincial. Estaba sindicado como uno de los efectivos de la lucha contra la droga que tenía vínculos con narcotraficantes, según señaló el testimonio de un arrepentido en el programa televisivo que destapó el escándalo.
La tarde del 6 de septiembre Alós llamó a su mujer y le dijo que estaba en viaje a su casa en la ciudad de Alta Gracia. Diez horas después, el policía apareció con un tiro en la cabeza, su arma reglamentaria en la mano y la cuestionada carta.