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Infojus Noticias

11-6-2015|19:37|Juicio Buenos AiresProvinciales
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En el TOC 3 de Mar del Plata

Pidieron perpetua para el acusado del femicidio de Laura Iglesias

Esteban Cuello está imputado por robar, abusar y asesinar a la trabajadora social en un descampado de Miramar en 2013. La familia de la víctima desconfía de la investigación policial y piden que se investigue a la Bonaerense. Creen que la escena del crimen fue modificada. Los otros femicidios de la costa con el mismo modus operandi.

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Por: María Florencia Alcaraz

Al cuerpo de Laura Iglesias lo encontraron el 29 de mayo de 2013 en un descampado en Miramar. La habían violado y estrangulado. Tenía 53 años y trabajaba en el Patronato de Liberados. El único imputado por su femicidio es Esteban Cuello y enfrenta la pena máxima. Hoy, en los alegatos, la fiscal Ana María Caro y el abogado de la familia de Laura coincidieron en el pedido: prisión perpetua. La defensa solicitó una pena de 25 años y la inconstitucionalidad en relación a la medida de encierro. El Tribunal Oral Criminal 3 de Mar del Plata dará a conocer la sentencia el próximo 22 de junio. La imputación es por “robo y abuso sexual seguido de muerte”.

Para la familia de Laura, Cuello no actuó solo. Lo dijeron desde un principio. Por eso su abogado Alejandro Bois reclamó que la información que surgió del debate se sume a una causa paralela en la que se investigan otras líneas que apuntan a la Policía Bonaerense como posibles encubridores. También pidió a los jueces Eduardo Alemano, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro que envíen copia de la sentencia a la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y de Homicidios Agravados por el Género.

“Hay muchos cabos sueltos. Desde el comienzo se consideró que Cuello era el único responsable. Nosotros presentamos muchas pruebas y nadie siguió esas pistas”, dijo a Infojus Noticias, la hermana de la víctima, Alicia Iglesias. Ella y su hermano Manuel encabezan la búsqueda de Justicia junto a las tres hijas de Laura y su nieta. La semana pasada estuvieron en la movilización #NiUnaMenos en el Congreso junto a otros familiares.

Durante el debate oral quedó probada la participación de Cuello en el asesinato. Para la representante del Ministerio Público Fiscal hubo ocho indicios científicos que fueron positivos.  Los peritos que declararon frente a los jueces ratificaron que en toda la escena del crimen había muestras irrefutables de ADN del joven. La información genética de Cuello estaba en el auto, en el cuerpo y en la ropa de la víctima. También quedaron rastros en el lazo con el que fue estrangulada.

La familia cree que detrás del femicidio se esconden las tramas criminales de la Bonaerense. Laura y sus compañeras de trabajo tenían conocimiento de que los agentes amenazaban a los tutelados del Patronato de Liberados para que trabajaran para la Policía. Manuel Iglesias explicó esta maniobra comparándola con el caso de Luciano Arruga en La Matanza.

Los cuestionamientos a la investigación policial

Los familiares de Laura también cuestionaron la investigación policial. El día del hallazgo, uno de los policías que estaban en el lugar dijo de inmediato: “Por acá vive Esteban Cuello”. El joven, que tenía antecedentes de abuso sexual, fue detenido enseguida. En ese entonces tenía 21 años. Los resultados del ADN que lo incriminaban se obtuvieron muy rápido. Todo esto llamó siempre la atención de los hermanos de la víctima.

“La policía y el fiscal señalaron a Cuello pero en el juicio aparecieron otras pistas. Nosotros también creemos que la escena del crimen fue modificada”, dijo Alicia. 

Ella también pone la lupa sobre los amigos del imputado. “Cuello tenía otros tres amigos con los que siempre se movía para todos lados. Uno de ellos se suicidó a días del crimen de Laura. Y una de las testigos contó que este joven dejó una carta en la que decía que no soportaba la culpa por la muerte de la señora. Otro de los amigos de Cuello fue acuchillado a la salida de un boliche”, dijo la hermana de la mujer asesinada.

Hoy en los Tribunales, como en cada jornada, los Iglesias estuvieron fuertemente acompañados. Estaban las compañeras de trabajo de Laura, representantes de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), del Patronato de Liberados Bonaerense (PLB) y del Colegio de Trabajadores Sociales de la Provincia de Buenos Aires. “Verdad y Justicia por Laura Iglesias”, decían los carteles con la cara de la mujer.

Cuerpos marcados

Laurasalió de su casa esa mañana para visitar detenidos con libertad asistida que estaban bajo su tutela. En el camino, su Renault 9 azul quedó atascado en el barro de calle de tierra. Caminó hasta la casa de una amiga para pedirle que la llevara hasta Mar del Plata. A la tarde volvió por el auto para llamar a un auxilio. Apareció estrangulada con un cordón de su zapatilla izquierda y atada con ese mismo lazo a un arbusto. Estaba en el descampado donde había dejado su auto el día anterior, empantanado en una calle de tierra. Su casa estaba cerca y enfrente vivía Cuello. 

La familia de Laura compara el crimen con otros dos femicidios ocurridos en la zona. Comparten características en cuanto a lo que la policía llama “modus operandi” pero que la antropóloga e investigadora Rita Segato denomina como “firma” o “marcas”. Así lo describe en su libro “La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez” donde analiza los femicidios en territorio mexicano.

El crimen de Natalia Mellman, en 2001 en Miramar, tuvo características similares al de Laura. La muerte de Mara Mateu de 16 años en 2008 en Santa Teresita, también. Al igual que Laura, las dos fueron violadas y asesinadas. Ambas fueron estranguladas con el cordón de su zapatilla izquierda. En el caso de Mellman hubo tres policías condenados a cadena perpetua. El juicio por la muerte de Mara también obtuvo la condena máxima para los acusados.

Las estadísticas del Observatorio Marisel Zambrano, que depende de la Casa del Encuentro, señalan que en 2008 mataron una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En esos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1.808 femicidios. 

MFA/LC

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