Alicia Taviansky, la dueña del prostíbulo de San Julián, fue condenada a cinco años. Verónica Olivera, prima de la víctima, a 3. Después de que se conozcan los fundamentos de la sentencia, la fiscalía irá a Casación: había pedido 10 años.
El primer juicio por el delito de trata en Tucumán condenó a Alicia Taviansky y a Verónica Olivera a 5 y 3 años de prisión respectivamente. Así lo anunció el tribunal esta tarde. Taviansky era la dueña del prostíbulo de San Julián al que era conducida una adolescente de 16 años oriunda de Tucumán. Su condena fue la mitad de la pena pedida por la fiscalía. Verónica Olivera, prima de la víctima, fue condenada a 3 años de prisión. A la salida de los tribunales, la fiscal ad hoc Valentina García Salemi anticipó a Infojus Noticias que irán a Casación para apelar la pena de Taviansky.
Esta mañana, la fiscalía encabezada por Leopoldo Peralta Palma y por la fiscal -ad hoc- representante de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Valentina García Salemi, pidió que ambas mujeres fueran condenadas por haber intentado engañar a una adolescente de 16 años para que viajara con Olivera hasta San Julián, en Santa Cruz, donde Taviansky planeaba explotarla sexualmente en beneficio propio en un prostíbulo conocido como El Lobito. “El local está habilitado por el municipio, desde 2008 (0 2009)”, dijo en su alegato el defensor Ciro Lo Pinto, en un intento de descargar la responsabilidad de Taviansky. Para ella y para Olivera, los defensores habían pedido la absolución.
Antes la fiscalía había formulado la acusación, con un pedido para Olivera de 4 años de prisión, en función de la situación de vulnerabilidad en la que vive, sin que ello “la exima de responsabilidad”, dijo la fiscal García Salemi. Mientras escuchó los pedidos de pena, Olivera se cubrió la cara con las dos manos y lloró. A su lado, imperturbable, Taviansky movió la cabeza negativamente. Cuando escucharon las condenas, Taviansky mantuvo la vista al frente, desafiante.
Las penas se decidieron por mayoría, con la disidencia del juez Carlos Jiménez Montilla, que esperaba aplicar mayores. Los fundamentos de los jueces Gabriel Casas y María Alicia se conocerán el próximo 16 de septiembre. Esta noche Taviansky la pasará otra vez en la cárcel “Instituto de rehabilitación Santa Esther”, en Banda de Río Salí, a unos 15 minutos de San Miguel de Tucumán. Allí estuvo detenida desde hace tres meses atrás y con prisión preventiva. Olivera volverá a su casa, porque la condena a tres años de prisión no es de cumplimiento efectivo, punto sobre el que también la fiscalía se mostró conforme.
Escuchas telefónicas: cómo funcionaba el prostíbulo
Esta mañana, se conocieron las escuchas telefónicas que muestran a las claras el funcionamiento del prostíbulo, habilitado entonces por el municipio de San Julián (algo que la fiscal desestimó como atenuante porque desde 1937 está prohibida en nuestro país que una persona lucre con la explotación del cuerpo de otra). De las escuchas, se desprende que al prostíbulo Taviansky llevaba mujeres de distintas provincias, sobre todo del norte del país, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad. Les pagaba el pasaje y, cuando estaban en el local les controlaba los horarios de salida (no podían hacerlo después de las 7 de la tarde) y se quedaba con la mitad del dinero que pagaban los hombres dispuestos a usar sus cuerpos.
“La primera copa es de 30 pesos y queda para vos. Las otras de 50 y vamos al 50%”, le decía Taviansky a una de las mujeres con las que hablo por teléfono mientras los investigadores intervinieron sus teléfonos. “Para el pase sí o sí tenés que pedir la copa, tomarla o que la pague”, le explicaba y después le aclaró: “las chicas pasan por 100, ayer una hizo 170 pero porque es encardora”. Antes le había dicho que de ese dinero ella se quedaba con “50”. A otra de estas mujeres, la presiona para prestarle plata para que la envíe a su madre y a su hijo, y así aumentarle la deuda que tenía con ella. La mujer se queja, pero ante la insistencia termina aceptando las condiciones.
A su turno, los defensores oficiales Ciro Lo Pinto, Carolina Cuenya y Pamela Tenreyro pidieron la absolución para ambas mujeres y la libertad para Taviansky, que por esta causa permanece detenida con prisión preventiva. Lo Pinto, antes le pidió al tribunal que no tuviera en cuenta como prueba en este debate el procesamiento que tiene a Taviansky investigada en una causa por trata en su provincia e insistió que la mujer está en este juicio porque atendió el llamado de Olivera. En conjunto los defensores coincidieron en su conjunto los defensores coincidieron en señalar que Olivera no “quebró” la voluntad de M.C. para que viajara, y por tanto consideraron que no se constituyó el delito de trata en su fase de captación.
Luego tanto Taviansky como Olivera tuvieron oportunidad de dirigirse al tribunal e insistieron en su inocencia. La audiencia que pasó a un cuarto intermedio se retomará a las 17.30, momento en el que el tribunal conformado por la doctora Alicia Noli (presidente) y los vocales Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla darán a conocer el veredicto.
El caso
Es el primer juicio que en la provincia pone en la mira la trata de personas desde que se sancionó, en 2008, la ley que persigue este delito. En la sala Susana Trimarco y el equipo de la Fundación María de los Ángeles Verón acompañan a la familia de la víctima, al lado de quienes están desde mayo de ese año, cuando desesperadas la madre y la hermana de M.C. recurrieron a la fundación en busca de ayuda.
El jueves 22 de ese mes, la hija menor de la familia les mandó un mensaje pidiendo ayuda. Estaba con Olivera en un micro rumbo a San Julián, a más de 2.700 kilómetros de su casa, cuando la escuchó hablar con otra mujer por teléfono y comprendió que llegada a destino la obligarían a prostituirse. Alarmada, cuando Olivera se fue a tomar mate con los choferes del micro vía TAC, le sacó el celular y dio aviso a su familia.
Ese día, según explicó la fiscalía en sus alegatos, Olivera habló con la dueña del prostíbulo en seis oportunidades. A Taviansky la tenía agendada por el nombre de la localidad donde vivían y en los días previos estas llamadas fueron frecuentes, en total, entre el 16 y el 22 de mayo de ese año las acusadas se comunicaron diecisiete veces. Estas llamadas permitieron a los investigadores dar con la proxeneta.
A M.C. la rescataron en la capital cordobesa. En el bolso que llevaba Olivera, estaba el documento de identidad de C.M. y el de su hermana mayor (que Olivera habría usado para comprarle el pasaje). Y las partidas de nacimiento de la víctima y de su hermana mayor, por quien Olivera y Taviansky pretendían hacerla pasar para “no tener problemas” porque era menor de edad. En otras de las escuchas que se leyeron hoy frente al tribunal, Taviansky habla sobre la necesidad de emancipar a una chica de 19 años de sus padres para introducirla en la prostitución. Menciona que ella se encargaría de pagar el trámite, para después descontárselo de lo que “hiciera”.