Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, fueron declarados culpables la semana pasada, pero el Tribunal recién este mediodía, tras una debate entre las partes, estableció la graduación de las penas. Otro policía, recibió una condena de tres años de prisión condicional por el delito de encubrimiento.
El Tribunal integrado por los jueces Darío Arguiano, Adrián Barrios y Marcelo Di Biasse, impusieron penas de prisión perpetua a los tres de los cuatro policías declarados culpables por el homicidio de Julián Antillanca en 2010, en Trelew, provincia de Chubut. El cuarto policía acusado fue condenado a tres años de prisión condicional por el delito de encubrimiento. Los acusados había sido declarado culpables la semana pasada, pero las graduaciones de las penas se conocieron hoy en la sala del sexto piso del edificio que la Cámara tiene en Trelew.
Martín Solis, Jorge Abraham y Laura Córdoba, fueron condenados por “homicidio agravado”, en tanto que el comisario Carlos Sandoval fue condenado por “encubrimiento agravado”. La sala de audiencias estuvo colmada otra vez, igual que el día que los policías fueron declarados culpables. La audiencia, estaba prevista para las 11 pero empezó un poco más de una hora más tarde porque estaban imprimiendo el fallo de más de 180 páginas.
Sólo estuve presente en la audiencia Sandoval. El resto de los condenados se quedaron en la cárcel. En el juicio, el oficial Pablo Morales fue absuelto porque para los jueces “no se pudo acreditar un grado de certeza necesario” de que haya estado ese día, y Gabriela Bidera, la única civil implicada en la causa, fue beneficiada con la suspensión de juicio a prueba en las primeras audiencias del juicio y deberá realizar tareas comunitarias en una escuela de Puerto Madryn durante dos años.
A la derecha, el padre de Julián Antillanca.
El 10 de julio pasado el tribunal se hizo una audiencia de debate de pena. La querella, a cargo de la abogada Verónica Heredia y la fiscalía, en manos de Mirta Moreno, pidieron para los tres policías la prisión perpetua, pena prevista en el artículo 80 inciso 9 del código penal. Mientras que para el caso de Sandoval habían pedido cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo.
La culpabilidad
Para declarar a los policías culpables, los jueces valoraron los testimonios de varios de los testigos, pero sobre todo lo que dijeron Daina Monsalves y Jorgelina Domínguez. Monsalvez fue quien “vio que los funcionarios le estaban pegando a un chico que estaba en el piso” y que reconoció que "ese chico". era Julián. Mientras que Domínguez vio, escondida detrás de un árbol, como sacaban el cuerpo del patrullero y lo depositaban en la calle. Además durante una reconstrucción que se hizo en el juicio reconoció a Solis.
“La cadena de custodia se halla incólume”, fue la respuesta de los jueces respondió hoy el tribunal a los pedidos de nulidades intentados por los abogados de los culpables para las pericias al patrullero donde se encontraron rastros genéticos de Julián. La muestra hallada “se correspondía con la muestra de una persona de sexo masculino del linaje Antillanca” dijeron los jueces el 6 de julio pasado.
El hecho
Solis, Abraham y Córdoba en la noche de la muerte de Julian trabajaron en la conocida zona de boliches de Trelew. Trabajaron en el boliche “Místico” y a las seis de la mañana, al salir de allí, siguieron con su trabajo de “prevención”. Según la imputación del ministerio público fiscal de la provincia “quizá, luego de haber participado de una discusión con otras personas” los efectivos abordaron a Julián y comenzaron los golpes.
Los policías redujeron en el piso a Julián, uno le pisó la cabeza y el otro las piernas. El resto alejó a la gente que se encontraba en el lugar. Decenas de jóvenes salían de los boliches y miraban pero a los policías no les importó. La golpiza fue brutal, golpes en el rostro, la cabeza, el tórax y las extremidades, mediante trompadas, patadas, y con el uso de elementos contundentes.
Julián murió aquella madrugada. Los efectivos cargaron el cuerpo en un patrullero y lo tiraron en la calle, con el objetivo era hacer desaparecer todos aquellos vestigios que pudieran involucrarlos en tal situación. La historia oficial atribuía la muerte a un coma etílico. Pero los mismos policías que golpearon a Julián, horas antes, habían sometido a una golpiza a los hermanos Sergio y Denis Aballay a la salida de otro boliche.
Los hermanos Aballay denunciaron lo ocurrido y los agentes tuvieron una condena leve por apremios ilegales aunque no llegaron a declarar en este nuevo juicio por la muerte de Julián porque fueron fusilados luego a principios de 2014.
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