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Infojus Noticias

10-3-2014|17:18|Violencia Buenos AiresProvinciales
El policía bonaerense que le disparó tiene antecedentes

Siete tiros para Nahuel: un caso de gatillo fácil

Eduardo Sombra, de la comisaría 3ª de Garín, mató a un chico de 18 años. La versión policial señala que había robado una moto. La familia denuncia que el pibe estaba en su casa, se asustó cuando vio el patrullero y salió corriendo. Y que se había negado a robar para los uniformados.

  • Nahuel tenía 18 años. Vivía con su familia a 50 metros de donde lo asesinaron.
Por: Cecilia Devanna

Lo último que pidió Nahuel Ramírez antes de morir es que no lo mataran. El ruego fue al principal Eduardo Sombra, de la comisaría 3ª de Garín, que la mañana del 1 de marzo le pegó siete balazos. Seis fueron mientras Nahuel corría, asustado por la presencia de ese hombre que una semana antes había advertido que cuando lo viera, lo mataría. El séptimo fue el remate, cuando ya estaba en el piso. Esa última bala le entró por la garganta y le reventó la cabeza. El caso de Nahuel muestra una práctica de violencia institucional que termina con la vida de los jóvenes que se niegan a robar para policías bonaerenses.

“A partir del caso de Ramírez nos enteramos de otros dos casos. Uno es el de Diego Acosta, que fue asesinado en noviembre pasado. Vamos a empezar a investigar la trama policial de Escobar- Garín. Es la policía de (Luis) Patti. Muchos cuadros se formaron en la época en que él fue intendente y hay historial de represiones”, dijo a Infojus Noticias Leonardo Rebolino, coordinador de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional.

“Estamos trabajando con la abogada Yasmín López, representando al padre de Nahuel. La campaña va a defender a Nahuel”, agregó. El papá del chico es Rubén Ramírez, un cartonero miembro del Movimiento de Trabajadores de Excluídos (MTE). El hombre no sabe ni leer ni escribir. En la comisaria firmó con su dedo los papeles que le dieron.

Nahuel tenía 18 años. Era un chico tranquilo que disfrutaba de juntarse con sus amigos en la plaza de su barrio, El triángulo de Garín. Vivía con su familia a 50 metros de donde lo asesinaron. La causa está caratulada como “robo seguido de muerte” y es investigada por el fiscal Facundo Flores. Interviene el juez de Garantías, de Campana, Luciano Marino. Hoy López fue con Rodrigo García, del MTE, y pudieron ver parte de la causa. Mañana tendrán acceso al informe de la autopsia. “Flores nos dijo que Sombra sigue en actividad por falta de pruebas, pero que cuando las haya, si se demuestra que fue un fusilamiento, automáticamente va a pedir que lo saquen”, dijo García a Infojus Noticias.

El informe policial sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Nahuel aseguró que los disparos llegaron luego de una persecución que se inició tras el robo de una moto en el que habría participado el chico. “Sobre lo que pasó hay dos versiones. Una, que Nahuel venía con un chico que supuestamente había robado una moto y eran seguidos por un patrullero y otra, que él estaba en la puerta de su casa y cuando llegó el patrullero, se asustó y salió corriendo”, dijo García.

“Voy a seguir matando pibes”

Este mediodía, la mamá y la prima de Diego Acosta caminaban por el centro de Garín cuando vieron a Sombra salir de una zapatería. “¡Asesino, gatillo fácil!”, le gritó Leonela, la prima de Diego, mientras sacaba una foto del joven de 27 años y se la mostraba.

Sombra se rio a carcajadas y le hizo el gesto de gatillar y, sin dejar de reírse les dijo:

-Voy a seguir matando pibes.

Leonela relató el episodio a Infojus Noticias apenas unas horas después de que sucedió. Junto a otros familiares de Diego denuncia que fue asesinado por Sombra la madrugada del 17 de noviembre en Garín. Fue cuando volvía de bailar con un grupo de amigos y apareció un patrullero. Los amigos alcanzaron a correr pero a Diego, papá de tres hijitos de 6 y  1 año y un bebé de 4 meses, lo agarraron. Le pegaron un balazo en la cabeza. 

Su caso salió a la luz tras la intervención de La Campaña de Violencia Institucional en el caso de Nahuel.

“A mí tía le dieron la ropa de Diego que tenía marcas en las rodillas, eso muestra que lo hicieron arrodillarse y ahí le dispararon” dijo Leonela a Infojus Noticias.

Prontuario más que currículum

En el barrio, cuando ven un patrullero muchos jóvenes se asustan y salen corriendo. “Hay terror a la policía. El testigo clave del caso es un joven que venía arriba del patrullero y al que alguien le robó la moto. El viernes iba a declarar y tenía mucho miedo. Ahora lo va  a hacer el miércoles, con un abogado”. El informe también habló de intercambios de balas, pero en la escena solo encontraron casquillos de once balas de Sombra y ninguna de la 22 que supuestamente tenía Nahuel y que solo apareció cuando la policía se retiraba del lugar tras la llegada de Gendarmería.

“El Sombra tiene varios antecedentes en su haber. Y está el problema de que cuando los chicos de la zona deciden no robar para los policías o la comisaría, de no traficar drogas para ellos, toman represalias. Son los resabios de la policía de Patti”, explica García. Los jóvenes de las barriadas de la zona son pobres y la policía se aprovecha. Los obliga a robar y comercializar drogas para ellos. Cuando no lo hacen, lo pagan caro. Con su vida. Eso denuncian los vecinos de la zona.

Veinte minutos después de que acribillaran a Nahuel, llegó un coche de la cochería para llevarse el cuerpo, sin hacer ningún tipo de pericias. Unos minutos antes habían salido a la calle el papá de Nahuel junto a vecinos, familiares y miembros del MTE. “Hubo gritos y a los policías no les quedó más remedio que avisar a la fiscalía y entonces después llegó gendarmería para investigar y hacer los peritajes. Gendarmería los tuvo que terminar echando a los de la bonaerense, porque no se querían retirar a pesar de que sabían que tenían que hacerlo. En el momento en que ellos se estaban yendo apareció el arma calibre 22”. Más tarde también apareció la moto. Plantar armas y armar causas caracterizan a la policía de la zona.

Rubén, el papá de Nahuel, conocía bien a Sombra. Una semana antes el policía le había dicho “donde lo vea a su hijo, lo mato”.  “Escobar es una ciudad muy conservadora. La policía persigue a los jóvenes. La persecución es permanente. Nahuel tenía algunos antecedentes de robos pero se negaba a robar para la policía. No quería vender drogas. Una presión que es una constante en las barriadas”, dijo García.  

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