Eleno Leguiza había denunciado a Silvana Lafuente, hoy detenida y acusada de "homicidio calificado", por impedirle el contacto con su hija. La causa fue elevada a la UFI N° 18 de Lomas de Zamora y volvió a la comisaría para tomar declaración al padre y conseguir la dirección materna.
El 11 de noviembre, quince días después de que su expareja se llevara a su hija Prisila, Eleno Gabriel Leguiza fue a la comisaría 8° de Lanús y presentó una denuncia. Lo hizo por infracción a la Ley 24.270 que pena el impedimento de contacto a quienes obstruyen la relación de un hijo con sus padres no convivientes. La denunciada era Silvana Beatriz Lafuente, la mujer con la que Leguiza tuvo ocho hijos, la misma que el día de las últimas elecciones legislativas apareció para llevarse a la nena de siete años.
A pesar de ser su mamá, Lafuente solo había visto a Prisila dos veces en su vida: una de ellas la nena no la reconoció. Eso, creen varias personas allegadas, podría haber sido uno de los disparadores de la golpiza que la madre propinó a la hija la noche del viernes 3, y derivó en su muerte. El cuerpo de Prisila fue incinerado el sábado 4 en la parrilla de la casa familiar. El relato de los hermanos que presenciaron estos hechos -tienen 12 y 15 años- en una cámara Gesell es uno de los próximos pasos de la causa judicial. Lafuente y su pareja, Pablo Visconti Verón, están detenidos y acusados de “homicidio calificado”.
La ley 24.770 pena el “impedimento de contacto” con “prisión de un mes a un año el padre o tercero que, ilegalmente, impidiere u obstruyere el contacto de menores de edad con sus padres no convivientes”. Pero si se trata de un menor de diez años o de un discapacitado, la pena va de seis meses a tres años de prisión. En la denuncia policial del 11 de noviembre Leguiza explicó que su ex mujer se había llevado a la nena a la localidad de Plátanos, pero que no sabía la dirección exacta de la vivienda, aunque mantenía contacto telefónico. La causa (66817/2013) fue elevada a la UFI N° 18 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, a cargo de Ricardo Silvestrini. El 12 de diciembre la causa volvió a la comisaría para que se le tomara declaración testimonial al padre de la nena, para que aportara el domicilio de la madre de Prisila. Él no lo tenía y dicen que se comprometió a conseguirlo.
Fuentes de la fiscalía explicaron a Infojus Noticias que “se siguieron todos los pasos que habitualmente se dan en casos de impedimento de contacto, como era éste. Se pidió que se citara al papá, que tratara de conseguir el domicilio, que se fuera a buscar a la mujer a Plátanos, que se la notificara, que se hiciera un informe socio - ambiental –una vez que se encontrara donde vivía. La policía debía intentar localizarla. El 19 de diciembre por medio de la Fiscalía General de Cámara se pidió a la Cámara Electoral que diera el último domicilio de Lafuente”.
Según cuenta el abogado del padre, Prisila era, de todos los hijos en común de Lafuente con Leguiza, la que tenía el vínculo más fuerte con él. “No la reconocía como madre a Lafuente. La nena fue una víctima colateral. Lafuente es una persona violenta y descargaba toda su ira en Prisila. El crimen fue una venganza contra el padre” dijo Julio Torrada, abogado de Leguiza, a Infojus Noticias. “Desde que se la llevó a su casa de Hudson lo único que hizo fue pegarle. La mataba a palos todos los días, lo contaron los hermanos. Ellos se quebraron anoche y relataron todo. Los amenazó con un arma de fuego para que la ayudaran a llevar el cuerpo al arroyo y dieron detalles morbosos de la incineración”, agregó el abogado.
“Ayer ya se lo pedí a la fiscal Mateos y hoy ya se fijaría la fecha para el relato de los hermanos en la Cámara Gesell. Ellos estuvieron en la escena del crimen, vieron cuando le dio la golpiza, cuando la quemaron”, asegura el abogado. Por disposición judicial los hermanos de Prisila, que están viviendo con el padre en estos días, son atendidos por un cuerpo interdisciplinario que les da apoyo y contención.
Pedirán imputar al pastor por encubrimiento
“Hemos logrado que a los dos –por Lafuente y Visconti Verón- se los impute por “homicidio calificado”. A ella por el vínculo y a él por alevosía”, explica Torrada. Cuando Visconti Verón supuestamente se “quebró” en la DDI de Quilmes –donde permanece detenido- dijo que la noche del viernes 3 Lafuente le había dado una fuerte golpiza a la nena y que el sábado 4, cuando descubrió que estaba muerta, le pidió ayuda a él para deshacerse del cadáver. Sin embargo, el testimonio de los chicos podría dar por tierra con esta versión. Para el abogado de Leguiza, “él es coautor del homicidio. Participó de la golpiza, tuvo un rol activo y determinante”.
En las próximas horas Torrada también pedirá en la causa la imputación por encubrimiento del pastor de apellido Lescano. “Él vio el cuerpo en la casa, adonde fue porque Silvana lo llamó y le dijo ‘me mandé una cagada, maté a mí nena’. Lescano se autoincriminó con su declaración ante el fiscal Riera (el primero que intervino en la causa). Con la misma pieza documental se va a pedir su procesamiento. Él dice que vio el cuerpo de la nena tapado por una frazada en la cocina y después de eso no fue a la policía, no denunció, nada. Es un impresentable”.
El jueves 16 se baraja como la fecha para que Lafuente y Visconti Verón se presenten a una nueva declaración indagatoria. Sería la tercera: las dos anteriores se abstuvieron de hacerlo. “Yo creo que ellos se van a seguir absteniendo de declarar, si hablan se enriedan entre ellos. Es más factible que se arriesguen a pedir alguna nulidad”.
Esta mañana el cuerpo de Prisila fue velado casa de sepelios Santa María de Avellaneda y luego inhumado en el cementerio local. Ayer a las 14 en la Fiscalía N° 18 de Lomas se recibió el informe de la Cámara Electoral. Decía que el domicilio de Lafuente era en calle 39 entre 156 y 157 de Berazategui. Pero la madre ya no vivía ahí. El informe estaba fechado el 9 de enero. Prisila ya llevaba cinco días muerta.