Infojus Noticias

A casi un año del crimen de Darío Adolfo Ávalos, el delegado de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) asesinado en un obrador de Villa Fiorito durante una pelea entre dos facciones del gremio, la policía bonaerense detuvo el último martes a un hombre en Rafael Calzada, partido de Almirante Brown. Se trata de Alberto Antonio Albornoz, otro gremialista de 39 años que está acusado de haber participado ese día en la disputa. Es el segundo detenido en la causa y todavía hay siete prófugos.

La detención estuvo a cargo de agentes de la comisaría 5° de Rafael Calzada. Luis Cardozo, un ex secretario del gremio reconoció a Albornoz, que tenía pedido de captura, arriba de un Renault 9 junto a otra persona y avisó a la policía. “Se quisieron escapar y Albornoz se tiró del auto”, contó Cardozo a Infojus Noticias. Cuando los efectivos lo pararon en la esquina de 20 de Septiembre y Colón, le pidieron que se identificara y les mostró un DNI adulterado: los últimos tres números no eran los suyos.

La causa, que está a cargo del fiscal Juan José Vaello de la Unidad Funcional de Instrucción Nº5 de Lomas de Zamora, se investiga como “homicidio agravado”, un delito que prevé la pena perpetua. En julio ya había sido detenido un hombre, acusado de participar del ataque ese día. La familia de Ávalos pidió ayuda a Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Afines (SITRAIC) que ya anunció que los representará en la causa. “De los que están prófugos, nosotros los vemos por la calle. Están libres”, dijo Cardozo.

El último 11 de marzoun grupo de obreros se movilizaba frente al obrador de la empresa Esuco, cerca del Puente de La Noria sobre el camino de la Ribera, para reclamar por sus puestos de trabajo, cuando los atacaron. Según fuentes gremiales consultadas por Infojus Noticias, los atacantes-que eran entre 60 y 100- respondían a Walter Leguizamón, titular de la seccional Lomas de Zamora de la UOCRA. Las balas alcanzaron a dos de los trabajadores: Ávalos recibió un tiro en el tórax y Marcelo Fernández, de 39 años, otro en la pelvis. Álcides Nogueira, de 64 años, y su hijo Andrés, de 29, lograron escapar de las balas arrojándose al río.Ávalos murió algunos minutos después de llegar a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Lanús

Los investigadores recogieron vainas servidas de una o varias pistolas 9 mm en la escena del crimen. La violencia sindical no frenó. Un mes después de la muerte de Ávalos, Carlos Romero, de 23 años fue asesinado de un tiro en la cabeza tras una pelea entre dos facciones en Ensenada.

Ávalos tenía 40 años, era padre de tres hijos y vivía con su novia en Florencio Varela. Antes de convertirse en delegado de la empresa Tecma Construcciones pasó un tiempo detenido, acusado de homicidio.

Después del crimen, Rodolfo, hermano de la víctima, contó que Walter Leguizamón lo había amenazado en varias oportunidades. “Él quería que mi hermano renunciara. Ya había hecho que nos despidan a mi sobrino y a mí”, planteó al mediodía, mientras esperaba que le entregaran el cuerpo de su hermano en la puerta de la UPA. “Esto no fue casual”, se quejó. Y dijo, con los ojos llenos de lágrimas “¿Cómo puede ser que si había un patrullero en el lugar pase esto? Fue una entregada”.