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Infojus Noticias

19-5-2015|13:33|#ExESMA Nacionales
Entrevista

“Nos guiaron los testimonios de los sobrevivientes"

Alejandra Naftal es museóloga. También es una sobreviviente de la dictadura. Aprendió a resignificar el dolor y a volverlo memoria. Trabajó durante dos años para poder intervenir museográficamente el Casino de Oficiales de la Ex ESMA.

  • Mariano Armagno
Por: Infojus Noticias

Alejandra Naftal fue detenida por la dictadura cívico militar una madrugada de 1978. Tenía 17 años cuando la llevaron al centro clandestino El Vesubio. De ahí fue trasladada a otros lugares hasta recuperar su libertad, casi seis meses después. Años más tarde estudió museología. Así resignifica su dolor y hace memoria para que el pasado no se repita.

"Aquí no se reconstruye, se representa"

Naftal trabajó durante dos años y medio para que el “Casino de Oficiales” de la Ex ESMA, uno de los más grandes centros clandestinos del país, sea intervenido museográficamente, un desafío por donde se lo  mire. Entre otras cosas, porque el sitio es todavía prueba judicial en los juicios de la ESMA.

Para que el proyecto sea realidad hizo falta el consenso de muchos sectores y voces: Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hijos y nietos de desaparecidos, sobrevivientes y funcionarios. Todo se debatió y se consensuó.

Infojus Noticias habló con Naftal, que es directora y cocuradora  junto a Hernán Bisman de la puesta museográfica. “Aquí no se reconstruye, se representa”, explicó. 

-¿Qué funcionó en el Casino de Oficiales?

-En el Casino de Oficiales funcionó el epicentro de la represión en la dictadura: fue el lugar en donde estuvieron alojados, torturados y sometidos a secuestros los detenidos-desaparecidos. Creemos que aquí pasaron cerca de cinco mil hombres y mujeres, muchos de ellos de militancia política social revolucionaria y también familias enteras o allegados a estos militantes políticos. Nosotros lo que estamos inaugurando es una muestra permanente que a través de diferentes dispositivos museográficos intenta comunicar e informar a presentes y futuras generaciones los hechos que aquí ocurrieron.

-¿Cuándo se empezó a trabajar con el proyecto?

-Hace dos años y medio que venimos trabajando con la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación en forma conjunta con organismos de derechos humanos. Durante este tiempo hicimos muchísimas reuniones. El resultado es una síntesis de esos debates y discusiones, en las que  también participaron historiadores, académicos y periodistas. Fue un debate muy intenso y rico en opiniones.

-¿Cómo está conformado el grupo que trabajó en la puesta?

-Es multidisciplinario y está integrado por museógrafos, museólogos, arquitectos, diseñadores gráficos, historiadores, investigadores. Es decir, realmente multidisciplinario, porque abordamos distintos aspectos de la comunicación en el espacio. Pero también es importante rescatar que las bases que nos guiaron en toda la investigación son fundamentalmente los testimonios de las personas que estuvieron acá y sobrevivieron. Sabemos por los juicios que se llevan adelante por la causa ESMA que hay  alrededor de 300 sobrevivientes. Las fuentes documentales en las cuales nos basamos son  especialmente los testimonios en esos juicios y en el Juicio a las Juntas.

-¿Cómo se hizo para preservar el edificio intacto?

-Este es un monumento, sitio histórico y sobre todo prueba judicial, ya que el edificio funciona como evidencia del terrorismo de Estado. El proyecto no altera el edificio porque que todo lo que el público va a ver no modificó la estructura edilicia: ni siquiera hemos puesto un clavo en la pared. Esta muestra, si fuese necesario por algún motivo desmontarla, se puede levantar y el edificio queda exactamente en las mismas condiciones que lo recuperamos en 2004. Los dispositivos museográficos son auto-portantes y no alteraron absolutamente la estructura edilicia. Lo que sí hicimos fue detener el deterioro. Por ejemplo, obras para frenar la humedad y poner un cableado eléctrico en condiciones.

-¿Cuáles son las expectativas sobre los visitantes?

-Esperamos que venga mucha gente, especialmente las futuras generaciones. El relato lo construimos a través de dos sistemas museográficos, uno que llamamos “tradicional” y otro “contemporáneo”, que apela a las emociones, a las sensaciones y a la experiencia. Creemos que la comunicación en este tipo de lugares donde pasaron hechos tan dolorosos y traumáticos para la sociedad, tiene que tener esta interacción entre lo racional y lo emotivo. Esperamos que las personas puedan llevarse una idea y una aproximación a los hechos, pero no queremos que el público quede paralizado ante tanto horror, pensemos que desde aquí salieron los vuelos de la muerte. 

-Este predio estuvo en manos de los militares, ¿qué pasó después?

-Este edificio dejó de funcionar como centro clandestino en 1983, sin embargo la Marina lo tuvo hasta la decisión política de Néstor Kirchner del 24 de marzo de 2004 de recuperar el predio de la ESMA, por una demanda histórica de los organismos de derechos humanos. Pasaron un par de años hasta que los marinos lo devolvieron a la sociedad civil. Y en un estado bastante lamentable. Entonces quedó en  manos del gobierno de la Ciudad y recién el año pasado, por una voluntad política del ejecutivo nacional, los edificios que estaban en manos de la Ciudad pasaron también a la órbita del gobierno nacional.

MM/PW/MEL

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