La reparación fue para los militantes que, junto a Elipidio Torres, Atilio López y Agustín Tosco, organizaron el Cordobazo contra la dictadura de Onganía. "A la clase trabajadora que logró tanto por nuestra historia, gracias", dijo el secretario de DD.HH., Martín Fresneda.
En los archivos televisivos de la época, se ve al “Gringo” Agustín Tosco, referente de Luz y Fuerza, vestido de jersey y saco, horas después de la revuelta obrera estudiantil conocida como Cordobazo, en 1969. En la imagen se descubre que, aunque lleva varias horas detenido, mantiene la cabeza en alto como si el tiempo mostrase con más contundencia cuán pequeños son los dos militares que lo escoltan mientras él enfrenta al tribunal. Ese fue el momento que decidió evocar ayer su hijo, Héctor Tosco, cuando leyó ante un auditórium repleto las últimas palabras que su padre le escupió a la dictadura, antes de ser condenado a 8 años y medio de cárcel.
“En virtud de la responsabilidad que ostenta puede manifestarnos que su gremio aprecia que la autoridad no siempre tiene la razón y menos por eso puede aceptarse su arbitrariedad, que se traduce en insensibilidad a los problemas de la clase obrera. Que por ello, si bien no votó, se adhirió plenamente para que el paro se realizara por cuanto se procuraba poner en evidencia que el gobierno (la dictadura de Juan Carlos Onganía) no es apoyado por los obreros por no ser surgido de la voluntad popular y que debe irse para dar lugar al retorno de la continuidad constitucional ya que lo ocurrido es más que suficiente para que el gobierno comprenda su error al no haber atendido las justas reclamaciones de los trabajadores quienes están dispuestos a hacer paro por más tiempo, es decir de 72 horas y aún por tiempo indeterminado, es todo cuanto tiene que declarar”.
Esa declaración es parte de las actas y expedientes que ayer la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación entregó a trabajadores y familiares de trabajadores que el 29 de mayo de 1969 participaron del Cordobazo. Los mismos trabajadores que los días siguientes fueron juzgados en juicios sumarísimos ante autoridades militares y condenados a penas que iban entre los 4 y los 8 años de prisión.
El acto realizado ayer, con el auditórium Néstor Kirchner de Radio Nacional repleto de trabajadores y militantes, fue presidido por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda y el secretario ejecutivo del Consejo Federal de Derechos Humanos de la Nación, Agustín Di Toffino, hijo del desaparecido dirigente de Luz y Fuerza. Aseguró que existe "un puente" entre las políticas públicas impulsadas desde 2003 en el país y las luchas y sueños de quienes forjaron hace 45 años el Cordobazo, el movimiento social que marcó el comienzo del fin para la dictadura de Onganía.
Además, contó con la presencia de históricos referentes del gremialismo local y figuras importantes de la política cordobesa como la diputada Carolina Scotto y el intendente de Villa María, Eduardo Acastello.
En el comienzo tomó la palabra Antonio Medina, uno de los dos más cercanos compañeros de Agustín Tosco -junto a Tomás Di Toffino- en aquellos años de lucha. Medina destacó que “el Cordobazo se logró porque por encima de las diferencias se buscó la unidad necesaria en la acción para resquebrajar los cimientos de la dictadura de Onganía”. Interrumpido por aplausos cada vez que se nombraba tanto a Tosco como a Elpidio Torres y Atilio López, los otros grandes referentes de la protesta, Medina se refirió al juicio al que fueron sometidos sus compañeros como “arbitrarios, inconstitucionales e infames tribunales militares”.
Las actas que fueron entregadas a los familiares de aquellos militantes y dirigentes procesados por tribunales militares estaban en el Archivo General de la Nación. Entre los oradores también estuvo la directora del Archivo Provincial de la Memoria, donde quedarán copias de los registros que se entregaron a los condenados por la dictadura. Ludmila da Silva Catela rescató el acto de “desarchivar el pasado como una forma de democratización” y llamó a apropiarse de la palabra insurgencia para rescatar eventos como el Cordobazo.
El cierre estuvo en manos de Fresneda, que comenzó su discurso entregando un saludo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para afirmar después que “la conmemoración del Cordobazo es y será a partir de hoy una política del Estado”. “Este es el verdadero gesto honesto de las nuevas generaciones que aprendieron de su historia y de todos los militantes estudiantiles y gremiales que hoy recordamos. Como Tosco, que llevó a Córdoba a tener una historia de lucha que hoy tenemos la responsabilidad de llevar a la victoria”.
Mirando por momentos a los gremialistas de ayer y por otros a los referentes gremiales actuales que presenciaron el acto, Fresneda se refirió al dictador Onganía como un “canalla” antes de afirmar que su deseo es que el movimiento obrero sea como los soñaron Torres, López y Tosco.
“Gracias a sus padres, por haber estado a la altura de las circunstancias de la historia y por haber resistido los embates de una dictadura militar infame", les dijo Fresneda a los presentes antes de terminar agradeciéndoles por ser parte de la memoria: “No nos vamos a olvidar nunca más del legado de su lucha”.